¿Hasta cuándo, Catilina?
¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina?, exclamó en la Antigüedad Cicerón ante la abierta conjura del político romano contra las decisiones del Senado.
La famosa frase cae hoy como anillo al dedo ante las actuaciones del presidente estadounidense Donald Trump que ha encajado perfectamente en el intervencionismo bélico de los EE. UU. en cualquier conflicto del mundo que le dé su regalada gana, si no es él mismo quien lo creó para justificar lo injustificable.
Rohaní, que gobierna Irán, lo resumió hace por lo menos un par de años al preguntarse: ¿quién es el enemigo del mundo? y responderse sin la menor vacilación: “EE. UU. de Norteamérica”.
Por supuesto, Irán está, desde hace tiempo, en la mira de los EE. UU. y del Pentágono, esperando solo la orden del presidente de turno estadounidense para que la agresión contra ese país comience.
Pero aquí en nuestra América Latina la mira de la agresiva potencia imperialista norteamericana está sin duda en la hermana Venezuela, cuna de nuestros libertadores, por si acaso alguno empezó a perder la memoria histórica, como parece estar ocurriendo en nuestro país con Lenín Moreno, presidente que se ha puesto a la cola del derechista y fascista Grupo de Lima y que ahora desconoce a Nicolás Maduro, triunfador en las recientes elecciones presidenciales de Venezuela con una diferencia de millones de votos sobre su contendor.
Y lo que es peor, reconoce a Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (AN), organismo declarado “en desacato” por la Corte Suprema de Justicia de ese país y cuyas resoluciones carecen por tanto de validez jurídica. El miércoles, en una manifestación pública, Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, desconociendo el nuevo mandato presidencial de Maduro que recién comienza.
Pero que Lenín Moreno haya pasado de una supuesta militancia ideológicamente socialista a una declarada posición de derecha, no nos compromete a la mayoría de los ecuatorianos con estas decisiones presidenciales, que más bien nos muestran, bajo la más cruda y decepcionante luz cuán radicalmente equivocados estuvimos al elegirlo como presidente de nuestro país. Pero lo hecho, por desgracia, hecho está. ¡Hasta cuándo, Catilina!
¿Hasta cuándo, Catilina?
Por Nelly de JaramilloEcuador News
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