Ecuatorianos siguen orando por trágicas muertes

Dolorosa vigilia realizada por los niños de Connecticut asesinados por su madre
No hay palabras para describir el hecho
Ha sido una auténtica pesadilla, en la que una familia ecuatoriana pierde a cuatro de sus miembros. La comunidad de Danbury no sale de su estupor con lo ocurrido
Una comunidad ecuatoriana e hispana en general, de Connecticut, se reunió afligida el viernes por la noche de la pasada semana, para recordar a los tres niños pequeños que fueron estrangulados por su angustiada madre, quien luego se suicidó.
Docenas de dolientes llorosos encendieron velas y rezaron en la casa de Danbury, donde tres días atrás Sonia Loja, de 36 años, mató a Junior Panjon, de 12; Joselyn Panjon, 10 y Jonael Panjon, 5. El exterior de la casa de Whaley Street estaba adornado con globos y flores, mientras amigos, familiares y vecinos de todas las edades, recordaban a las jóvenes víctimas y luchaban por comprender la atrocidad.
“No entiendo qué pasó”, dijo una amiga de Sonia, Portilla Gonzáles a los periodistas presentes. “No puedo creerlo. No hay palabras para describir el hecho”. Los asistentes a la vigilia trataron de consultar al esposo y padre, Pedro Panjon, quien llegó a casa de su trabajo de jardinería ese miércoles por la noche y encontró a sus hijos asesinados y el cuerpo de su esposa colgado en un cobertizo en el patio trasero, según la policía.
Panjon había pedido a la policía que realizara un control de la salud de Loja, después de que no pudo comunicarse con ella telefónicamente, pero regresó a casa para hacer el espantoso descubrimiento antes de que llegaran las autoridades, comentó un vecino. González, ex compañera de trabajo de Panjon, comentó que su amigo amaba a sus hijos y esposa, y agregó que “solían ser una familia hermosa”.
Uno de los asistentes a la vigila, JC Díaz, de 12 años de edad, jugaba voleibol y tenis con Junior Panjon, uno de las desafortunadas víctimas, a quien recordaba como «muy agradable».
Loja dirigía una guardería no autorizada fuera de su casa y los funcionarios le habían advertido recientemente que la cerrara. El día del asesinato-suicidio, le dijo a unos 10 clientes que no dejaran a sus hijos, comentaron los vecinos a The Post.
Raquel Vásquez solía contratar a Loja para cuidar a su hijo Jack, de 8 años, según el mismo medio de información. “Era muy agradable y una dama feliz” y “muy dulce”, dijo.
NIÑOS BUENOS
“En espera de más informaciones oficiales, los hallazgos preliminares indican que la Sra. Loja estranguló a sus tres hijos antes de suicidarse. Sin embargo, esta sigue siendo una investigación activa”, dijo la policía en un
comunicado.
Se han proporcionado pocos detalles, pero las autoridades creen que fue un incidente aislado y que no existe un riesgo adicional para la comunidad de Danbury, ubicada a unas 50 millas al noreste de la ciudad de Nueva York.
Sandra Viganor, una vecina, confirmó que Loja solía cuidar niños en su casa durante la semana, pero recientemente una agencia estatal la cerró por no tener una licencia para administrar una guardería.
Es difícil establecer si esa fue la causa de la desesperación de la mujer, o cuál sería el motivo que desencadenó su brutal ola de asesinatos. “Se siente mal porque sabes que los niños eran muy buenas personitas”, dijo otro vecino, Ralph Braugher. “Eran niños muy amigables. Sabes, cuando pasabas por allí, te saludaban con la mano:
‘¡Oye! ¿Como estas?'»
El alcalde de Danbury, Dean Esposito, dijo en un comunicado que la ciudad y su sistema escolar planean brindar servicios de salud mental y asesoramiento a los niños afectados colateralmente por la violencia mortal. Dos de
las tres jóvenes víctimas eran estudiantes de las Escuelas Públicas de Danbury.
“Ayer ocurrió un evento verdaderamente horrible en nuestra ciudad, y lamentamos la trágica pérdida de vidas”, dijo en su momento Esposito. “Nuestra comunidad se aflige por las vidas inocentes que nos quitaron. Superaremos esto juntos”.
DEPRIMIDA
Pedro Panjon contó detalles conmovedores en una entrevista que tuvo con Univisión 41. Según él su esposa sufría de depresión y cree que esa condición parece haber sido la razón que la llevó a quitarse la vida y la de sus tres
hijos.
Su esposo dice que ella estaba muy triste los últimos dīas porque tuvo que cerrar una guardería que operaba en su casa por no tener los permisos adecuados. «Mi esposa cuidaba niños, y alguien la denunció… ella se puso muy
triste».
Señala que al llegar a la casa, estaba silenciosa, y al entrar a la cocina fue el inicio de la peor pesadilla de su vida: una carta de su esposa Sonia.
En la carta le decía que lo sentía y que algo le decía en la cabeza que los matara, a los niños, y que ella después iba a matarse.
Al seguir caminando dentro de su casa, Pedro Panjon descubrió el cuerpo de sus tres pequeños: los dos mayores estaban en una habitación, sobre sus camas. Y el más pequeño, de 5 años, en otra habitación, solo.
“Eran una familia muy trabajadora, se ve en las manos del señor que trabaja en construcción”, dice la reportera Yeila Lluberes.
“Y él dice que ella necesitaba trabajar, no solo porque le encantaba estar con los niños, también porque necesitaba y quería ayudar a su familia”, comenta.
La noticia de lo acontecido con esta familia ecuatoriana, ha causado gran conmoción en Cuenca, de donde eran originarios.
La muerte de Sonia Loja y sus tres hijos, recuerda el peligro de las enfermedades mentales. Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, los suicidios han aumentado en los últimos años. En 2020, hubo 45.799 suicidios registrados, frente a los 42.773 de 2014
TRAGEDIA
Por la oficina central de redacción
de Ecuador News en Nueva York.
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