El errar permanente
Por Farith Simon
En este entorno político extraño, deteriorado en todo sentido, lo que viene sucediendo con el juicio político al presidente es un buen baremo para medir la baja calidad de la política, la limitada capacidad argumentativa y la nula comprensión de algunos conceptos jurídicos básicos de nuestros políticos.
La solicitud de juicio político de cuatro de los asambleístas es un buen ejemplo de ello. Errores de forma que dan cuenta de la falta de prolijidad, en instancias en las que estas prácticas deberían ser inaceptables y no, como ahora, recurrentes. Sin embargo, esos errores formales, como citar normas sin las reformas hechas en el 2021 o citar los artículos de la Constitución y la Ley que regulan lo referido a los juicios políticos contra los ministros de estado, no pasa de ser una anécdota en comparación a los errores de fondo que comparten los proponentes al juicio político, los 59 asambleístas que respaldaron el llamado, y los miembros del Consejo de Administración Legislativa que “revisaron” el pedido y lo aprobaron.
Una aclaración indispensable: criticar a la Asamblea por considerarla como un ejemplo acabado de la incompetencia no es una defensa al presidente Lasso, quien claramente tuvo una actitud omisa ante las denuncias de corrupción que se presentaron en contra de Luque y las que involucraban a su cuñado, Lasso asumió atacar al mensajero y se despreocupó del mensaje, pero eso no lo hace responsable de peculado y concusión, porque pese a que se eliminó la palabra “omisión” en la acusación de los asambleístas, este es el corazón del argumento del juicio político y el fondo del asunto.
Las palabras, los conceptos, son relevantes en el derecho; por medio de ellos se marcan límites, se evita la discrecionalidad, la arbitrariedad y se frenan los abusos y se da legitimad a las decisiones.
Los asambleístas, en su acusación, cometen un fraude de etiquetas al creer que eliminando la palabra “omisión” de su acusación, ha desaparecido el error que invalida jurídicamente el pedido.
OPINIÓN
Farith Simon
Especial para Ecuador News
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