Donde hay humo debe haber fuego
Donde hay humo debe haber fuego
Pésima herencia le dejó Petro Poroshenko, expresidente de Ucrania, a Vladimir Zelensky, el nuevo mandatario. Además de un país corrupto, con mafias de variados sabores y movimientos neonazis que pululan por todo el país, le legó un problema que desde ya muestra su toxicidad y que a futuro podría conocerse como Bidengate.
El escándalo nace gordo y promete engordar más aún. No se trata solamente de la intervención de Ucrania en el proceso electoral de Estados Unidos durante las elecciones presidenciales del 2016, sino también que los Biden, padre e hijo, parecerían estar sumergidos hasta el cogote en la corruptela ucraniana y que Trump, aparentemente, presionó algunas veces a Zelensky para que se investigue ese tema; de igual manera, se dice que el presionado habría aceptado la tarea.
Joe Biden de manera desconocida, pero ilegal, se enteró del contenido de la conversación que el 25 de julio mantuvieron los presidentes Trump y Zelensky, cuando el primero le llamó para felicitarle por su triunfo electoral. Biden montó en cólera y levantó mucha polvareda acusando a Trump de abuso de autoridad, de presionar a un gobierno amigo y exigir varias veces investigar el posible rompimiento de la ley de Ucrania, hecha por su hijo, Hunter, cuando realizaba negocios en ese país. Biden denunció: “Trump uso el poderío y los recursos de Estados Unidos para presionar a un gobierno soberano el que, como antes, es atacado por Rusia, para que Ucrania rompa el Estado de derecho con la esperanza de obtener ventajas políticas… Hace esto porque sabe que le voy a golpear como si fuera un tambor”. Biden sostiene que Trump, abusando del poder en su calidad de mandatario, intenta eliminarlo como candidato porque de otra forma perdería la carrera por la presidencia de Estados Unidos. Olvida, o no quiere recordar, que algo parecido hizo él, usar el poder contra Trump cuando era vicepresidente de Obama y Trump, aspirante a la presidencia, como él es ahora.
Algunos medios de información de EEUU sostienen que cuando Trump habló con el presidente de Ucrania, lo presionó ocho veces para que realice una investigación respecto al hijo de Biden, al mismo tiempo que ordenaba congelar unos 400 millones de dólares de ayuda a Ucrania porque como no quiere confrontarse con Rusia.
Trump, que por la ilegalidad de comunicar a personas extrañas las conversaciones presidenciales podría bloquear los fondos del sector donde se fugó la información, niega la acusación y afirma que se trató de un diálogo amigable, semejante al que mantenía Biden cuando era vicepresidente y hacía los mismos llamamientos para combatir la corrupción en Ucrania. Afirmó no haber ido más allá de lo que todo el mundo conoce: cuando Biden era vicepresidente, su hijo frecuentemente visitaba Kiev y formó parte del directorio de Burisma, la mayor empresa de gas de Ucrania. Cometió entonces tales barbaridades que el Procuraduría de Ucrania, que realizó la investigación, demostró que el joven Biden obtenía hasta 160.000 dólares mensuales y que su padre insistió para que Poroshenko eliminara del cargo al molestoso Procurador, caso contrario amenazó con no otorgar a Ucrania los correspondientes créditos. “El único que tiene problemas es Biden… Su hijo cogió dinero de Ucrania, su hijo cogió dinero de China, mucho dinero. En lo que respecta a Ucrania esperamos de ese país un comportamiento honrado. Considero que con el nuevo presidente ustedes van a ver mucha más honradez… Biden sostiene no haber hablado de este tema con su hijo. ¿Puede alguien creerle?”, se preguntó.
La conversación telefónica entre ambos líderes ha sido ya objeto de escándalo e, incluso, los opositores de Trump consideran inmoral su llamada a Zelensky y le amenazan con un impeachment, término bastante recurrente, que ahora se pretende usar como único medio que evite la presión que Tump ejerce sobre un líder extranjero para que cometa la ilegalidad de empañar la imagen de su oponente en las elecciones presidenciales estadounidenses.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió pasar de las palabras a los hechos e iniciará un proceso para enjuiciar al Presidente Donald Trump. “Hoy anuncio que la Cámara de Representantes inicia los procedimientos formales para un juicio político”, comunica la jefa del cuerpo legislativo, la demócrata Nancy Pelosi, “el presidente debe rendir cuentas; nadie está por encima de la ley… Las acciones de la presidencia de Trump revelan hechos deshonrosos de la traición del presidente a su juramento del cargo, traición a la seguridad nacional y traición a la integridad de nuestras elecciones”.
A los enemigos de Trump, arrojarlo del solio presidencial les parece más fácil que derrotarlo en las urnas; al mismo tiempo, callan que de igual manera han presionado y siguen presionando para que se realice una y otra vez la investigación sobre la ilegalidad cometida por una potencia extrajera, Rusia, que aparentemente intervino en la elección presidencial de EEUU para favorecer la candidatura de Trump, lo que también empaña la imagen del actual presidente y candidato por el Partido Republicano, Donald Trump.
De lo que se conoce, Hunter, hijo del entonces Vicepresidente Joe Biden, formó parte del directorio de Burisma, trabajo por el que Ucrania le desembolsó tres millones de dólares en catorce meses. Las pistas indican, no los chismes, que Hunter se dedicó allí al lavado de activos. El ex Procurador General de Ucrania, Víctor Shokin, indicó tener pruebas de que la directiva de esa compañía y el hijo de Biden realizaban maquinaciones corruptas y que fue despedido por no abandonar la investigación.
Los problemas se dieron porque Shokin no entendía las indirectas de cesar las investigaciones sobre los abusos de la empresa Burisma. En un comienzo le insinuaban de maneras suaves, que le conducían a ello; todos los eventos posteriores son consecuencia de su rechazo. El expresidente Poroshenko le mencionó a Shokin que Joe Baiden en numerosas ocasiones exigía literalmente sacarle del cargo, caso contrario amenazó con quitar a Ucrania el correspondiente tramo de crédito del FMI por mil millones de dólares.
Shokin indicó también que María Ivánovich, la Embajadora nombrada por Obama, le entregó la lista de los “intocables”, o sea, aquellas personas a las que los órganos de justicia de Ucrania no debían realizar ningún tipo de investigación. No indicó si entre ellos estaba el nombre de Hunter Biden.
El Presidente Trump sugirió que el Ministerio de Justicia de EEUU debería comenzar la investigación de los políticos norteamericanos en Ucrania, que no por primera vez se encuentran en el centro de los escándalos. Si se realizara una investigación prolija y adecuada sobre la intervención de Joe Biden en los asuntos internos de Ucrania, los resultados podría influir de una manera determinante en la opinión del electorado en las futuras elecciones presidenciales estadounidenses.
Los presidentes Trump y Zelensky podrían encontrarse en New York, en el interín de las reuniones de la Asamblea General de la ONU. Si se dieran estas conversaciones, los observadores internacionales las analizarían con lupa porque cada palabra que en ellas se pronunciara podría develar secretos importantes y marcar el rumbo de la política mundial.
Ahora bien, de todo este embrollo Zelensky es que queda mal parado, su dilema es poco envidiable. Su antecesor, Petro Poroshenko, convencido de que la Sra. Clinton iba a ser la presidente, porque así lo informaban las encuestas, se jugó el todo por el todo y con una miopía política digna de Cacaseno, no sólo se alineó con ella sino que puso su granito de arena para hundir a Donald Trump. Con documentos falsos, elaborados por los órganos de seguridad de Ucrania, se incriminó a Paul Manafort, jefe de la sede electoral de Trump, de recibir por “servicios de asesoramiento” del Partido de las Regiones, aliado de Moscú, más de doce millones de dólares no contabilizados. De ahí nace la acusación falsa de que Rusia intervino en favor de Trump en su elección presidencial. Luego de Maidán, se publicaron los materiales del Partido de las Regiones y estalló el escándalo que obligó a Manafort a renunciar al cargo de jefe de la sede electoral de Trump.
Zelensky conoce todo esto al dedillo. Por eso, está frito si apoya a Trump y gana Biden; también, si apoya a Biden y gana Trump; lo mismo, si se cruza de brazos puesto que las elecciones son en noviembre del 2020 y hasta entonces Ucrania debe vivir de algo. Él es un comediante inteligente y tomará la decisión más sabia. La misma va a señalar al próximo presidente de Estados Unidos.
Donde hay humo debe haber fuego
Por Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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