Tras el incremento de ataques violentos al azar en el Metro de Nueva York, la policía anunció el despliegue de 122 agentes a las estaciones.
Originalmente esa fuerza había sido enviada a las calles en el verano por las protestas que se desplegaron por la ciudad, muchas de ellas contra el racismo y el abuso policial. El regreso se produce después de tres aterradores pasajeros empujados a los rieles y otros golpeados en los últimos días, la mayoría por polizones sin hogar o con problemas mentales.
Ha habido 20 empujones en lo que va del año, frente a los 17 en todo 2019, destacó Pix11. Ante el repunte, la semana pasada Pat Lynch, líder de la Asociación Benevolente de Sargentos (SBA), principal sindicato de NYPD, advirtió que la ciudadanía viaja “a su suerte” en el transporte público, acusó a los legisladores de impedir que los policías hagan su trabajo y aconsejó a los pasajeros que “mantengan los ojos bien abiertos” para evitar ser víctimas.
Las autoridades destacaron que en 2020 ha habido alrededor de 5,300 llamadas relacionadas con personas con trastornos emocionales en el Metro. El alcalde Bill de Blasio ha dicho que el enfoque de la ciudad es brindarles a esas personas la ayuda que necesitan, pero los críticos siguen señalando la indigencia como una de las grandes fallas de su gestión iniciada en 2014.
Desde el 6 de mayo, el Metro de Nueva York se cierra cuatro horas cada noche para una limpieza profunda y un intento de desalojar a las personas sin hogar que, en muchos casos, se trasladan a las calles, para luego volver a deambular en el subterráneo.
A fines de octubre, MTA denunció “inacción policial” en el anárquico Metro de Nueva York, diciendo que hay más delitos, pero menos arrestos. Hasta septiembre hubo cinco homicidios, frente a dos en el mismo período en 2019. Mientras, las violaciones y los robos también aumentaron.