Mientras la gobernación y la alcaldía de Nueva York apuntan a una total reapertura económica post pandemia, hay un punto importante de alerta: el ritmo de vacunación contra el coronavirus ha ido disminuyendo y no porque ya todos estén inmunizados.
Hasta ayer, alrededor del 55% de los neoyorquinos adultos habían recibido al menos su primera dosis (la única, en el caso de J&J) y el 41% de ellos ya estaban completamente vacunados, según datos de la ciudad. Pero en las últimas semanas, el número de dosis diarias administradas ha caído de más de 100,000 a menos de 40,000.
Las grandes disparidades también han persistido para los neoyorquinos negros y latinos, aunque no es necesario tener documentos migratorios ni seguro médico para ser vacunado. Los asiáticos adultos se han convertido en el grupo demográfico más inmunizado de la ciudad: 68% de ese grupo (superando las 680,000 personas) ha recibido al menos una dosis. En segundo lugar se ubican los neoyorquinos blancos, con 49%.
De manera similar, Brooklyn y El Bronx informan tasas de vacunación más bajas que Manhattan. En un código postal que incluye Canarsie, por ejemplo, 35% de los adultos han recibido al menos una vacuna. Mientras en algunas áreas del Upper West Side y Hell’s Kitchen, el total supera el 75%.
En un esfuerzo por revitalizar el ritmo de inmunización, los sitios de vacunas contra el coronavirus administrados por la ciudad y el estado han comenzado a permitir que las personas mayores de 16 años ingresen para recibir su primera dosis sin una cita.
La ciudad también comenzó a usar minibuses el mes pasado para distribuir dosis a los neoyorquinos sin hogar y otros sectores. Y los funcionarios han seguido solicitando la ayuda de organizaciones comunitarias y han intentado llegar directamente a las personas no vacunadas, facilitando cada vez más un proceso que al principio estuvo marcado por complicaciones y desinformación.