El gobierno francés enviará temporalmente a Ellis Island (NYC) y luego a Washington una réplica de bronce de 10 pies (3 metros) de la Estatua de la Libertad, 135 años después de que ese país obsequiara por primera vez el monumento que se convertiría en el más simbólico de EE.UU. y uno de los más reconocidos en todo el mundo.
Según CNN, la nueva estatua es una réplica exacta de la estatua original, pero mucho más pequeña: equivale a 1/16 el tamaño de su “hermana mayor”, Lady Liberty. No es nueva, pues ha estado instalada en el “Conservatoire national des arts et métiers” de París (CNAM) desde 2011.
La “pequeña dama” saldrá de Francia la próxima semana y llegará al puerto de Nueva York el 1 de julio. Después del feriado de la Indepencia el 4 de julio, la estatua será alojará en la residencia del embajador francés en Washington.
La Estatua de la Libertad fue concebida por primera vez por un historiador francés en 1865 como un regalo a Estados Unidos después del final de la Guerra Civil: las cadenas rotas y los grilletes en su pie simbolizan la abolición de la esclavitud, recordó New York Post.
Fue diseñada por el escultor Frédéric Auguste Bartholdi. El entonces presidente Ulysses Grant acordó colocar la estatua de cobre en el puerto de Nueva York, donde serviría como un faro de esperanza para todos los barcos que llegaran a la ciudad. Así, se ha convertido en un símbolo de la inmigración.
La estatua de 225 toneladas fue enviada y ensamblada en 1885 antes de ser dedicada por el presidente Grover Cleveland al año siguiente. A pesar de las apariencias, la Estatua de la Libertad no ha sido lavada en más de 130 años. Justamente su icónico color verde es en realidad el resultado directo de la falta de agua, más allá de las descargas naturales de lluvia, salitre y nieve.