La señora Romo y la amnistía
La señora Romo y la amnistía
Respaldo en derecho y en política la resolución de la Asamblea Nacional de otorgar amnistía a 268 ciudadanos perseguidos por la represión del gobierno de Moreno. La Asamblea hizo uso de su facultad constitucional y constituye una acción democrática que defiende la participación política ciudadana y el respeto a la lucha social.
La lucha de los pueblos es grande y ha escrito páginas gloriosas en defensa de la vida y de las reivindicaciones sociales.
Esta amnistía reivindica históricas jornadas de lucha en que se ha enfrentado a la tiranía y a la opresión.
Principalmente la aprobación de la amnistía desnuda la terrible represión con la que el gobierno de Moreno enfrentó al pueblo en las calles. Su ejecutora fue la Sra. Romo, quien dirigió desde Carondelet una represión feroz que, sin embargo, no pudo parar la protesta de la gente en las calles.
Romo es la perdedora de está resolución. Puesto que nos permite recordar su triste y malévolo papel en la política ecuatoriana.
Ella fue destituida en sus funciones por la Asamblea Nacional. Las acusaciones en su contra fueron fuertes y contundentes, no le permitieron librarse del juicio popular y salió por la puerta chica de la historia. A la Sra. Romo no debe permitírsele jamás regresar a la política. Dudo que en alguna ocasión gané alguna votación popular. Su desempeño en sus funciones públicas originó terror en el octubre rojo contra Moreno.
Ahora trata la Sra. Romo de reivindicar su represivo desempeño y mediocre liderazgo. Es hora de sepultar a políticos fracasados, quienes en el poder han causado daño a nuestra democracia y horror a las aspiraciones populares.
OPINIÓN
Por Douglas Rangel
En especial para Ecuador News de Nueva York