Con banderas blancas ecuatorianos piden paz
Ecuatorianos muestran banderas blancas clamando que todo termine
Siguen las protestas y las pérdidas para el país
El país enfrenta una crisis que empeora: el gobierno podría colapsar. El Presidente ha cedido ya en varios puntos, pero quienes protestan quieren más…
Las protestas y disturbios en Ecuador podrían significar también problemas para Estados Unidos, ya que los analistas afirman que la democracia en la nación sudamericana está amenazada. En las últimas semanas, el gobierno del presidente Guillermo Lasso ha enfrentado crecientes protestas por demandas de reducción de precios de ciertos productos. Algunos observadores afirman que los manifestantes buscan desestabilizar y derrocar al gobierno de Lasso
Las protestas han sido lideradas en su mayoría por grupos indígenas que culpan al gobierno por no cumplir con su demanda de reducir los precios de los combustibles, controlar los precios de los productos agrícolas y establecer un mayor presupuesto para la educación.
Pero algunos analistas conservadores dicen que esto es solo una excusa para dar un golpe de Estado contra el gobierno porque, de acuerdo a información de Fox News, los grupos de izquierda quieren tomar el poder a cualquier precio.
Los expertos dicen que los informes de que el gobierno podría tener que cerrar los pozos petroleros del país debido a los disturbios no tendrán mucho impacto fuera de Ecuador.
“Ecuador produce menos de medio millón de barriles de petróleo por día, por lo que difícilmente puede influir en el precio mundial del petróleo. Pero el petróleo y los derivados constituyen más de la mitad de las exportaciones ecuatorianas. Los precios de los combustibles son globales pero aquí están subsidiados y eso es lo que ellos están negociando ahora: el tamaño del subsidio. En América Latina, solo Venezuela los subsidia más que Ecuador”, explicó la analista ecuatoriana Gabriela Calderón, investigadora asociada del Cato Institute.
Calderón le dijo a Fox News Digital desde Guayaquil que “hay tres problemas: la penetración de la droga, la radicalización de la dirección política indígena y el bloque más grande de la asamblea nacional son los correístas: siempre buscando una excusa para desestabilizar a cualquier gobierno que no sea el de ellos. Todos quieren derrocar al presidente». Los correístas son partidarios del expresidente Rafael Correa.
Los analistas dicen que la crisis política y los disturbios han puesto a los pro-EE.UU. Gobierno del presidente Guillermo Lasso en riesgo de caer. Un exbanquero, el conservador Lasso, ganó las elecciones presidenciales del año pasado contra su oponente de izquierda, cercano al expresidente Correa.
Gustavo Izurieta, investigador del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP) explica: “Esta crisis política tiene su génesis en el narcotráfico. La droga que va a Estados Unidos va en lanchas rápidas desde la costa de Ecuador hasta la costa de Centroamérica. Esa es una ruta y otra es de barcos ecuatorianos con productos de exportación (plátano, piña, camarones) a Europa”.
Izurieta afirmó que: «Hubo una complicidad muy fuerte entre los gobiernos anteriores que eran bastante cercanos a estos movimientos de izquierda financiados por el narcotráfico».
Evidentemente es una opinión de este analista y sus palabras deben tener sustento probatorio, ya que los que piensan diferente a él, consideran que el Presidente Lasso es el culpable de la situación, al pretender apoyar a los poderosos y olvidarse de los débiles.
«PAREN LA MASACRE»
“Hemos tenido una jornada muy difícil”; “ha sido un día bastante fuerte”. “Hacemos una denuncia al mundo… los heridos,
los muertos, los encarcelados. Que conozcan estas acciones inhumanas. Llamamos a la paz, a la armonía, no podemos generar guerra civil entre hermanos. Paren la masacre”. Fueron palabras, de acuerdo al periodista Carlos Crespo, de los dirigentes del #ParoNacional2022 cerca de la medianoche del domingo, en su rueda de prensa al país. Ellos son, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN) y Organización de los
Indígenas Evangélicos en Ecuador (FEINE).
Numerosas familias y delegaciones de Pueblos, Nacionalidades y organizaciones sociales llenaron alegres y confiadas el Ágora de la Casa de las Culturas, recuperada, tras la ocupación policial. Llegaron de manera “masiva y potente” a participar en la Asamblea de los Pueblos, que se instaló en el día 12 de #Paro nacional.
De acuerdo a una comunicación de Conaie: “reconocemos nuestra fuerza, reconocemos que estamos pasando hambre, pero no vamos a perder el horizonte, la justicia, la paz”. Lo mismo se escuchó en ese amplio y simbólico espacio, luego de la ceremonia espiritual ancestral de apertura. Voces indignadas que apuntan a otros modelos posibles de democracia y de participación, basados en la sostenibilidad de la vida.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Las manifestaciones en Ecuador han provocado hasta el domingo unas pérdidas económicas de 475 millones de euros (500 millones de dólares); durante las últimas semanas se han registrado las protestas masivas contra el Gobierno del presidente Guillermo Lasso por los altos precios, lideradas principalmente por el movimiento indígena, a las que se han contrapuesto a su vez otras movilizaciones de ecuatorianos contrarios.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Leonidas Iza, comunicó previamente, a pesar de que Lasso ya había cedido es varias pretensiones de quienes protestaban, que se mantenía la movilización en Quito por la falta de acuerdo con el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, y los ministros del Gobierno. Valee decir, ampliaron las peticiones en plena marcha.
En un balance general en el sector productivo y petrolero se ha registrado una pérdida de 475 millones de euros (500 millones de dólares) hasta este domingo. Es decir, aproximadamente 38-48 millones de euros (40-50 millones de dólares) por cada día de paralización, según ha detallado el ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca de Ecuador, Julio José Prado, tal y como ha recogido el diario ‘El Comercio’.
Así, el ministro ha destacado que entre los sectores más afectados está el de ropa y calzado con un 75 por ciento menos ventas. Para el sector del turismo, los primeros 12 días de paralización han significado una pérdida aproximada de 48 millones de euros (50 millones de dólares).
Las cadenas de producción que más han sufrido el impacto de las protestas son: la avícola en las localidades de Cotopaxi y Tungurahua, los lácteos que han tenido una pérdida de 8.5 millones de litros de leche, es decir 12,3 millones de euros (13 millones de dólares), y la agrícola y ganadera que han registrado pérdidas de más de 85,4 millones de euros (90 millones de dólares).
Asimismo, ha afirmado que 1.094 pozos petroleros permanecen cerrados. Eso significa una pérdida para el Estado ecuatoriano de al menos 91 millones de euros (96 millones de dólares).
Por otro lado, el presidente del Comité de Operaciones Especiales (COE) de Ecuador, Juan Zapata ha informado de que Ecuador ha cambiado este domingo la alerta de orden público de roja a amarilla.
En este sentido, la ministra de Educación, María Brown, ha aseverado que algunos centros educativos podrán volver a clases presenciales desde este lunes. En ciertas comunidades la decisión dependerá de las autoridades locales.
GOBIERNO Y CONAIE DIALOGAN
Durante el día 13 de la huelga por tiempo indeterminado proclamada por la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), una delegación del gobierno del presidente Guillermo Lasso y otra de los manifestantes se reunieron para verificar la posibilidad de un diálogo. Según el presidente del Parlamento ecuatoriano, Virgilio Saquicela, refiere el portal de noticias Primicias, la CONAIE y otros grupos indígenas exploraban la factibilidad de designar una comisión para encaminar un diálogo con el gobierno.
El clima existente impidió pensar por cierto en una suspensión
de las protestas, porque hasta ahora los desórdenes produjeron un saldo de cinco muertos y no menos de 200 heridos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, mientras la Fiscalía abrió 54 procesos penales por delitos que van desde el robo al terrorismo.
El viernes por la mañana se tuvo conocimiento de que Saquicela organizó un encuentro entre los representantes de las organizaciones indígenas y el gobierno, y el propio presidente del Parlamento sucesivamente confirmó que hubo un primer acercamiento entre las dos partes, gracias a la mediación del órgano legislativo y de la Iglesia Católica.
En el encuentro, ocurrido en la Basílica del Voto Nacional, en Quito, participaron junto al presidente de la Conaie, Leónidas Iza, y los delegados de otras organizaciones indígenas, el ministro del Interior, Francisco Jiménez, y el de Exteriores, Juan Carlos Holguín. Estaban presentes además los presidentes del Consejo Electoral Nacional y de la Vigilancia y Transparencia.
DIFICIL QUE PROSPERE
Cuando amaneció el pasado sábado en Quito, solo se veían adoquines arrancados de las aceras, amontonados frente a las barricadas que la policía dejó alrededor del edificio de la Contraloría General la noche anterior. No había manifestantes del movimiento indígena de Ecuador como los 12 días anteriores, que a ratos marchaban pacíficamente y a ratos también se enfrentaban o aguantaban la fuerza policial como parte de una gran protesta nacional contra las dificultades económicas de la población.
Los servicios de limpieza recogían palos y piedras e incluso los autobuses volvieron a pasar por la zona céntrica de la capital ecuatoriana. Hasta que llegó la tarde. La Asamblea Nacional había citado a los suyos para dar paso a la destitución del presidente Guillermo Lasso y sus alrededores volvieron a coparse de ciudadanos molestos con el Gobierno.
El bloque de oposición de UNES, afín al exmandatario Rafael Correa, había activado una moción de censura el viernes, con sus 46 votos, que fue convocada para la votación un día después. La sola idea enardeció las protestas que tuvieron su día más violento, cuando el Gobierno advirtió a los manifestantes que desplegaría la fuerza del Estado para defender la democracia. Justificó la decisión de aumentar la presión sobre los manifestantes al decir que había salido a la luz la verdadera razón del estallido que ha paralizado al país durante casi dos semanas: provocar la caída del Jefe de Estado y no, como habían reivindicado los dirigentes indígenas, mejorar las condiciones económicas de las comunidades rurales más pobres.
Esa tensión en las calles se desvaneció antes de la medianoche, tras una jornada de represión policial en la que las organizaciones indígenas denunciaron que habían salido afectados hasta los niños presentes. Mientras el líder de las manifestaciones y presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Leonidas Iza, aseguraba en un pronunciamiento en vídeo que las protestas iban a continuar durante el fin de semana y defendía la propuesta para sacar a Lasso del Palacio de Carondelet, los comuneros se alejaron de Quito en camiones con todas sus cosas.
Este sábado, el día de la votación en el Congreso contra el presidente, explicó ante una asamblea de manifestantes mucho menos concurrida que los días anteriores, que el sábado sería día de “descanso” para la protesta. Los que se habían ido a sus comunidades en las zonas rurales aledañas a Quito serían reemplazados por otros. A media tarde, para cuando comenzó la sesión de destitución en la Asamblea, la concentración de gente en los alrededores volvía a subir el tono pero sin llegar a la agresividad vista antes.
SE LEVANTA ESTADO DE EXCEPCIÓN
La convocatoria legislativa se hizo de forma virtual y el presidente delegó su defensa en su Secretario Jurídico, Fabián Pozo, para no tener que aparecer personalmente.
Antes de que desfilara una decena de intervinientes, terceros con criterios u opiniones que aportar sobre el paro nacional, Pozo quiso desmontar la arremetida contra el mandatario desacreditando las formas y derogando el estado de excepción decretado el lunes en seis provincias de la zona andina de Ecuador. Presentó ante la pantalla el documento que desactiva la movilización de militares en las zonas conflictivas y aseguró que el bloque de oposición correísta no había ni siquiera justificado las razones por las que Lasso debía ser removido del cargo.
“Es un acto de absoluta irresponsabilidad con el país”, introdujo Pozo su alegato de descargo ante el Pleno virtual. “La destitución no cumple ni con informar a la Todo parece indicar que el motivo esencial de las movilizaciones es la salida del Presidente Guillermo Lasso. ciudadanía sobre las razones y los asambleístas se han limitado a mostrar su inconformidad con lo que pasa en el país”. Negó, incluso, que los interpelantes hayan presentado alguna prueba del incumplimiento de promesas de campaña en el año de Gobierno que lleva el político conservador.
La sesión sobre la destitución de Lasso se dilató hasta la madrugada, antes de entrar en un receso hasta la tarde de este domingo, cuando se retomaron las intervenciones. Pero, desde su nacimiento, la iniciativa había sido rechazada por los otros dos bloques de oposición al oficialismo. Ni el Partido Social Cristiano ni Izquierda Democrática se quisieron involucrar en una maniobra que, según sus explicaciones, generaba más inestabilidad al país. Las 46 voces de UNES necesitan llegar a los 92 votos de apoyo en una Asamblea con 137 escaños. Cuentan con la ambigüedad de los legisladores de Pachakutik, el brazo político de las organizaciones indígenas, que no se pronunció sobre su voto pero que insistió en que el Gobierno debe comprometerse a cumplir las reivindicaciones sociales de la protesta.
El preámbulo a la reunión clave del Pleno fue un encuentro a puerta cerrada entre Iza, la voz de los manifestantes, junto a otros dirigentes indígenas ante varios ministros de la Administración de Lasso. El de Gobierno, el de Relaciones Exteriores y el Secretario de la Administración -que ejerce como hombre de máxima confianza del presidente- se sentaron por primera vez a negociar. No se llegó a ningún punto de acuerdo, según informó después el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, salvo el de que ha llegado el momento de resolver el conflicto social en una mesa de diálogo.
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