Ecuador en el Día de la Cosmonáutica
Por Rodolfo Bueno
La Rusia imperial y la Unión Soviética son los creadores de la exploración espacial. Este 12 de abril se celebró el Día de la Cosmonáutica en honor a Yuri Gagarin, que en 1961 realizó el primer vuelo al espacio extraterrestre en la nave espacial Vostok-1. Konstantín Tsiolkovsky fue el científico que creó las bases teóricas para que se lleven a cabo vuelos más allá de la atmósfera terrestre, por lo que se lo conoce como “Padre de la Cosmonáutica”. Tsiolkovsky fue un autodidacta que obtuvo sus conocimientos en las bibliotecas de Moscú y fue el primer científico que concibió la idea de viajar al espacio, incluido el proyecto para la creación de una estación espacial orbital y otras ideas adoptadas por la industria espacial moderna. En 1883 diseñó una nave de retropropulsión a chorro, además ideó un vehículo que realizaría viajes interplanetarios por medio de cohetes a reacción y un sistema de cohetes segmentados en módulos. Para la propulsión de estas naves, en 1903 previó la utilización de motores de combustible líquido, con una mezcla de hidrógeno y oxígeno, y creó las fórmulas matemáticas para calcular la velocidad de un cohete a partir de la fuerza de salida de propulsión a chorro de los gases; también le pertenecen otros 500 trabajos científicos. Por estos y otros méritos fue designado en 1919 miembro de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética.
Sus ideas teóricas fueron plasmadas en la práctica por Serguéi Koroliov, científico e ingeniero de cohetes y naves espaciales, que fundó el programa espacial de la URSS y diseñó los cohetes soviéticos. A principios de la década de los treinta, junto a un grupo de ingenieros, lanzó el primer cohete soviético de combustible sólido.
A partir de 1944 diseñó cohetes y fue la figura clave en el desarrollo del programa de misiles soviéticos. En 1957 se le otorgó el Premio Lenin, uno de los máximos galardones de la URSS. En 1958 fue nombrado miembro de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética y fue condecorado dos veces con la medalla de Héroe del Trabajo Socialista.
El 4 de octubre de 1957 dirigió el lanzamiento del cohete que situó en órbita al Sputnik 1, el primer satélite artificial de la Tierra. El 3 de noviembre de ese mismo año organizó el lanzamiento del Sputnik 2, nave espacial que pesaba seis veces más que el Spútnik 1 e incluyó como carga a la perra Laika. El 15 de mayo de 1958, Koroliov dirigió el lanzamiento del Sputnik 3, que reafirmó la capacidad cosmonáutica de la URSS. En 1958 comenzó los estudios para el diseño de la nave Vostok, que llevaría un cosmonauta, sería automática y tendría un sistema de aterrizaje suave. La nave fue utilizada el 12 de abril de 1961 y sorprendió al mundo con una nueva proeza espacial, portó a un joven de 27 años, Yuri Gagarin, que se convirtió en el primer ser humano que traspasó la atmósfera terrestre y se adentró en el espacio vacío. Su periplo, a una velocidad de 27.400 kilómetros por hora, duró 108 minutos y comenzó a partir del momento en que pronunciara su histórico: “¡Paiéjali!”, ¡Vámonos! en español. La noticia se extendió como reguero de pólvora por el mundo y Gagarin se convirtió, hasta ahora, en una leyenda. A partir de entonces, más de 500 cosmonautas de 36 países han viajado al espacio, pero Gagarin fue el primero en hacerlo.
Para retornar a tierra, se lanzó en paracaídas desde una altura de 7 km. Ese mismo día, Gagarin aterrizó en Tajtarova, Siberia. Una campesina, que por primera vez veía a un cosmonauta, le preguntó: “¿Vienes del espacio exterior?” Gagarin contestó: “Ciertamente, sí”, y añadió para tranquilizarla: “Pero no se alarme, soy soviético”.
En el informe oficial sobre su vuelo, describió con asombro al planeta Tierra: “Desde la altura cósmica se la ve con nitidez, se distinguen claramente las montañas, las costas y las islas. ¡La Tierra es azul!” Gagarin falleció el 27 de marzo de 1968, cuando el MiG-15 que pilotaba se estrelló cerca de Moscú. Un monolito señala el punto exacto donde el caza, en el que volaba con su instructor Vladimir Sirioguin, cayó en picada y se hundió seis metros en el suelo.
Luego del vuelo de Gagarin, Koroliov dirigió el lanzamiento del Vostok 5, que realizó 81 órbitas completas, y el 16 de junio de 1963 el del Vostok 6 con Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta; en 1964 dirigió el lanzamiento del Vosjod 1, la primera misión con varios tripulantes, y en 1965 del Vosjod 2, en el que Alekséi Leónov realizó el primer paseo espacial.
El pueblo soviético se enteró de sus trabajos sólo después de su muerte, su identidad no fue revelada antes, porque se lo protegía de eventos indeseables. Su obituario, y su fotografía con todas sus medallas, fue publicado en periódico Pravda el 16 de enero de 1966; fue enterrado con honores de Estado en las Murallas del Kremlin.
El Día de la Cosmonáutica, que recuerda el viaje al espacio de Yuri Gagarin, fue celebrado en numerosos países del mundo. En el Planetario Humboldt de Caracas, el embajador ruso Serguéi Mélik-Bagdasárov participó en una ceremonia y visitó el lugar donde hace dos años fue sembrado un árbol con motivo del aniversario número 60 del vuelo de Gagarin. En el Planetario de Bogotá hubo el espectáculo “Yuri’s Night”, con una charla bajo las estrellas proyectadas en el domo. En la Casa Rusa de Buenos Aires, la empresa Roscosmos y el Planetario Galileo Galilei realizaron una exposición fotográfica titulada “Gagarin. El primero en el espacio”. La directora de la Casa Rusa, Olga Murátova, aseguró que en Argentina conocen y aman a Gagarin.
En la Universidad Tecnológica Equinoccial, UTE, de Quito, se inauguró el centro Yuri Gagarin, donde se develó un busto de este cosmonauta soviético. Ricardo Hidalgo Ottolenghi, rector de la UTE, y demás académicos, personalidades y diplomáticos acreditados en Ecuador, estuvieron presentes. Durante la ceremonia se proyectaron videos con palabras de agradecimiento por parte de los cosmonautas rusos que están en la Estación Espacial Internacional, EEI.
Vladímir Sprinchan, embajador de Rusia en Ecuador, expresó: “Este lugar y esta conmemoración a nuestro primer cosmonauta es el símbolo de nuestra cooperación y amistad entre nuestros países, pueblos y universidades, lo que prueba que la cultura y la ciencia no tienen fronteras”; además dijo que este lugar permanecerá abierto al público y exaltó el convenio bilateral para la preparación de especialistas y científicos de investigación del espacio cósmico, firmado entre la agencia espacial de Rusia, Roscosmos, y la UTE, lo cual es beneficioso para las partes involucradas, y exaltó el trabajo conjunto de cosmonautas de varias naciones, que confluyen en la EEI y trabajan a favor de la humanidad en investigaciones científicas.
La UTE ha lanzado dos nanosatélites, en 2017 y 2019, diseñados por sus estudiantes en colaboración con científicos rusos, que la convirtió en la primera universidad de Ecuador que cumplió este propósito. Fausto Freire, director de Posgrados y docente de Mecatrónica de la UTE, expresó: “El Centro Yuri Gagarin será un centro de socialización y comunicación abierto para toda la sociedad, donde se compartirán experiencias sobre el rol que cumple la Universidad y la humanidad en relación con el espacio y todo lo que esto concierne sobre la Luna, Marte y otros planetas, que en los próximos años serán objeto de conquista por parte de la humanidad”; señaló que se colocó el busto de Yuri Gagarin para rendir homenaje a los logros en la conquista del espacio y que a este lugar serán invitados los estudiantes para dialogar sobre los primeros pasos para el logro de este propósito y cómo se lo hizo, así como difundir los proyectos de la universidad en el área espacial y el futuro del programa espacial.
Nikolái Frolov, director del Centro de Cooperación Científica-Técnica e Innovadora con países Iberoamericanos de la Universidad Estatal del Suroeste de Rusia, de la ciudad de Kursk, señaló que el intercambio académico con la UTE y los proyectos en marcha son importantes en el momento actual porque “sin la tecnología satelital no se puede vivir. De eso tenemos múltiples evidencias y ejemplos”; explicó que incluso los satélites pequeños pueden resolver problemas de monitoreo de la Tierra, que precisamente existe un proyecto con la UTE para las Islas Galápagos, que permitirá monitorear este archipiélago; dijo que actualmente se preparan cerca de 500 estudiantes ecuatorianos en la Universidad de Kursk y añadió: “Vamos a seguir trabajando porque el espacio no tiene límites”. Asimismo, expuso que, “independiente de las ideologías, en la EEI trabajan cosmonautas de varios países y que existen todas las posibilidades para que un cosmonauta ecuatoriano pueda viajar al espacio, para lo cual habría que contar con una organización que coordine los trabajos conjuntos a través de la agencia Roscosmos”.
Lo único que apena de estos logros de la UTE es que muchas universidades de Ecuador brillan por su ausencia; sin embargo, el mundo marcha sin detenerse y eso lo saben los jóvenes que sacarán provecho de lo que este 12 de abril sucedió en esta Universidad.
OPINIÓN
Por Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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