TIEMPO DE “EMOCRACIAS”
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
Me atrevo a enfocar este tema porque precisamente parecería que las democracias están en riesgo en diferentes partes del mundo, inclusive se ha manifestado que la democracia por antonomasia, aquella que simbolizaba el mundo liberal, con la participación de los ciudadanos, está en crisis.
Por ello me sumo a quienes han acuñado el término de “emocracias”, para enfatizar en el cambio sustancial que están viviendo nuestras sociedades, muchas veces magnificando el hedonismo y dejando de lado el bien común.
Las emocracias y los emócratas ponen en juego el mundo de las emociones, apelan de manera superlativa a los sentimientos de los ciudadanos, de los electores y mueven a las personas que caen bajo su influjo a tomar decisiones que muchas veces les perjudican o que no van acorde con las reales necesidades de los pueblos.
Cuando la gente pierde la fe en la democracia, en sus valores, en la capacidad de solucionar los temas relevantes como seguridad, educación, salud, generación de empleo, se crea un terreno abonado para que se desate el baratillo de las ofertas, se apele a los sentimientos, a la vulnerabilidad de las personas y es allí cuando las emocracias aparecen como la solución a todo.
Parecería que aquí, en América Latina, donde el estado ha perdido territorio, y no lo decimos en sentido figurado, sino real, por el avance del crimen organizado, es cuando las personas vuelven sus ojos a los emócratas que les hace tragar gruesas ruedas de molino y vivir de ilusión en ilusión y por lo tanto también de desencanto en desencanto.
Ojo con lo que ocurre, la emocracia no puede ser sustituto de la democracia. De allí vamos al tobogán del suicido colectivo.