¿POR QUÉ SE DESTRUYEN LAS MAQUINARIAS INCAUTADAS?
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
Todos los ecuatorianos estamos pendientes de las noticias que tienen que ver con la lucha contra la inseguridad en los diversos territorios de nuestro país, y por supuesto nos alegramos con los informativos en los que se da cuenta de las capturas de delincuentes, así como de los hallazgos que se realizan en las incursiones en contra de los bienes de las mafias organizadas.
Uno de los aspectos que destaca en los últimos tiempos, es el combate a la minería ilegal, muchas veces ligada con el narco tráfico, como una manera de lavar los activos que producen los comercios ilícitos, que, además, son un atentado permanente no solo en contra de la sociedad, sino también en contra de la naturaleza, que se ve afectada por los destrozos que se causan en la vegetación, en los cauces de los ríos, en la contaminación que se produce por la utilización de elementos tales como el mercurio.
Y si bien todos entendemos esta lucha y la apoyamos, hay un tema que escapa del entendimiento común de cómo debe procederse con los materiales incautados que muchas veces son destruidos de manera inmediata, causando más contaminación ambiental y perdiendo bienes que, de otra manera, bien servirían para ser donados a las municipalidades y en general a los gobiernos locales, o también usados por parte del propio gobierno central, que siempre anda escaso de maquinarias, por ejemplo, que se pueden usar para apertura de carreteras u otros menesteres semejantes en los que se requiere contar con maquinaria pesada.
Vemos incendiarse, con efectos graves en la contaminación ambiental, retroexcavadoras, camiones, herramientas variadas, lo que significa que se pierden una cantidad enorme de recursos físicos que bien podrían ser capturados o decomisados para ser entregados a las áreas de obras públicas, que tan necesitadas están de estos recursos.
Podría implementarse una especie de sello a ser colocado en todo equipamiento decomisado, para seguir la pista, por si se dan desviaciones en el uso de los equipos entregados para ser utilizados en bien de las comunidades, en lugar de ser destruidos como actualmente se lo hace.
Habría que ver en base a que normativa se procede de la manera descrita y si es necesario reformarla para dar una racionalidad al uso de los elementos capturados.