LA ESTRUCTURA DEL ESTADO
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
En estos días, los ecuatorianos hemos recibido la noticia, a través de la publicación de un decreto presidencial, de la disminución del aparato del Estado, basado en la fusión de varios ministerios y secretarías, con el fin de optimizar los escasos recursos de los que dispone el Ecuador.
Entendemos que la idea es volver más magro el Estado, acusado frecuentemente y con razón, de una adiposa obesidad, que consume buena parte de esos recursos.
Ahora bien, habrá que esperar a ver cómo se realiza esa fusión y no se cae en una paralización de proyectos y programas, que son indispensables para la marcha de la sociedad, sobre todo en áreas fundamentales como educación y salud, por no mencionar otras que son igualmente importantes.
Si el decreto viene acompañado de una minuciosa y eficaz planificación, los objetivos se cumplirán y se seguirá atendiendo a los requerimientos ciudadanos que son muchos, pero si esa disposición presidencial no viene de la mano con decisiones rápidas y eficientes en cuanto al manejo de esos macro ministerios y secretarías, podríamos entrar en un caos que dificulte la vida de las personas y la marcha del estado.
En este sentido, creo que debemos esperar ágiles y sesudas acciones que nos pongan en el camino de soluciones para los diversos problemas del país. Pensamos que para las personas que saldrán, poque pensamos que este es un proceso que se dará en el tiempo y que no estarán fuera del aparato burocrático de forma simultánea los cinco mil empleados públicos de los que se habla, debería pensarse en un ágil sistema de inserción laboral, o de preparación para el emprendimiento y el autoempleo de muchos de quienes van da dejar de trabajar para los entes del estado.
Vamos a estar atentos al curso de los acontecimientos, para ver cuáles son esos pasos que apunten a la eficiencia, sin dejar de lado la visión de quienes se verán afectados por las medidas gubernamentales.