LA CRISIS EN LA SALUD
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
Se acaba de crear un Comité Nacional de Salud Pública, con el objetivo de hacer frente a la crisis que enfrenta el sector, una crisis que viene de antiguo, que tiene larga data, pero que se ha agudizado en los últimos tiempos, no solo por la carencia de medicinas y de insumos que se requieren en las casas de salud públicas, sino que tiene que ver con la administración de los hospitales, sistemas de corrupción enquistados en esos espacios que deberían preocuparse de la solución de los problemas, así como también con la politización de ciertos sectores que tienen que ver con estas casas asistenciales.
La adquisición de los medicamentos es un talón de Aquiles del que no han podido salir las diferentes administraciones en los sucesivos gobiernos, la corrupción hace que no se compren a tiempo los medicamentos, que se gasten ingentes recursos en sobreprecios, que no se manejen con eficiencia las bodegas, que se dejen caducar las medicinas, que no lleguen a los diferentes hospitales y centros de salud del país y que los pacientes tengan que esperar por días, semanas y hasta meses, que se les provea de lo que necesitan.
De igual manera, lo que ocurre con los aparatos y equipos médicos es clamoroso, algunos de ellos en estado lamentable, otros sin los repuestos necesarios, otros simplemente inutilizados desde un comienzo, por malas políticas y prácticas de adquisiciones.
Otro tanto ocurre no solo con los hospitales eminentemente públicos y que dependen directamente del Ministerio de Salud, sino con los que están bajo la administración del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, el IESS, en los que los pacientes pasan desde por el viacrucis por conseguir una cita, hasta la asignación de camas hospitalarias, la realización de intervenciones quirúrgicas, los tratamientos posoperatorios, la provisión de medicamentos y un largo etcétera.
¿Qué puede resolver el Comité recientemente creado? Empezar por detectar los focos de corrupción, accionar los mecanismos legales contra las mafias hospitalarias, poner al frente de las casas de salud a gente proba y con conocimientos, asignar los recursos suficientes, comprar los medicamentos e insumos de manera ágil y transparente. He allí algunos de los cometidos a los que hay que darle la agilidad que esta crisis amerita.