¿ Y EL DIÁLOGO PARA CUANDO ?
Por: Holguer Mariano Jara
Hoy, la imagen de los humanos prehistóricos salvajes y guerreros parece ser tan solo un mito, ante la violencia indígena ecuatoriana desatada en el fallido paro, que deja en evidencia un absoluto salvajismo, atropello a la dignidad humana, violación a todo derecho, porque la Constitución de Montecristi es garantista, pero de los delincuentes y narcos.
La “lucha” mentirosa y camuflada de Vargas y las mafias por la eliminación del subsidio al diésel, el NO a una Constituyente, un salario de 650 dólares, utilizando la permanente amenaza mete más leña al fuego e incendia las calles, mientras la lucha del gobierno se mantiene por el país.
La violencia de los indígenas al parecer no se debe a factores históricos como: el colonialismo, el racismo o el olvido, la pobreza, desatención del gobierno, sino más bien, por la minería ilegal, el contrabando del diésel, el narcotráfico, lavado de dinero, trata de blancas, etc.
En las comunidades indígenas del Ecuador por lo visto, no se organizan protestas pacíficas, sino acciones subversivas que son la cosecha de los entrenamientos que realizan con las guerrillas de las FARC- ELN, donde hombres y mujeres aprenden previamente tácticas militares y de formación, que corresponde a una lógica de guerra y odio a quien piensa diferente y al mismo tiempo reciben financiamiento económico sin transparencia.
¿ Por qué en lugar de destruir carreteras, secuestrar militares, cerrar negocios, atacar el convoy presidencial, romper tuberías de agua, dialogan con propuestas concretas para mejorar la infraestructura educativa, nuevos hospitales, enfrentar la inseguridad, apoyo para los agricultores, desnutrición infantil, vialidad, capacitación empresarial ?
Los indígenas no pueden siempre presentarse como los pobrecitos, los santos, cuando tienen todo para aportar a la economía de la familia y del país. Han conquistado múltiples espacios y tienen un impacto clave en sus comunidades y el país, no permitan el manoseo a su dignidad.
Hay que evitar el racismo y la discriminación de parte y parte, mediante la revalorización de costumbres, creando un ambiente inclusivo, donde la sociedad participe. Fomentar espacios de diálogo intercultural que faciliten la comprensión, la empatía y la creación de lasos entre los diferentes pueblos, comunidades y gobierno.
La inclusión de los pueblos originarios se logra promoviendo su participación en la toma de decisiones, adaptando la educación a sus contextos culturales, valorando sus saberes tradicionales, impulsando su desarrollo económico, respetando su cultura, asegurando el acceso a sus derechos fundamentales.
Las “insatisfacciones” de los líderes masoquistas, politiqueros y corruptos, no pueden convertir una manifestación en paralización y destrucción de vías y negocios sembrando el terror y cosechando muertos, basta de prepotencia. TODOS UNIDOS POR UN ECUADOR LIBRE.



