Tres Vicepresidentes en menos de dos años
Los 15 hechos de Ecuador en 2018
No ganaron elecciones en las presidenciales del 2017, que llevó al poder a Lenín Moreno, pero sí ocuparon el segundo cargo más importante en la vida política ecuatoriana: la Vicepresidencia de la República. María Alejandra Vicuña y Otto Sonnenholzner llegaron vía Asamblea y en momentos difíciles para el Mandatario; Vicuña salió por supuesta corrupción; Sonnenholzner es apoyado, incluso, por quienes lucharon para que Moreno no ganara.
“Desempeñará esta función durante cuatro años”, así lo estipula el artículo 172 de la Constitución del Ecuador sobre el periodo en el que debe permanecer en funciones un Vicepresidente o Vicepresidenta del Ecuador.
Pero, en este 2018, han sido dos personas las que han ostentado el cargo; y en los 19 meses de la administración de Lenín Moreno, en total, tres.
Lenín Moreno asumió el poder el 24 de mayo del 2017 junto a Jorge Glas, tras vencer en las urnas a Guillermo Lasso y Andrés Páez.
Tras una campaña mediática muy fuerte señalando responsabilidades en supuestos actos de corrupción contra Glas, Moreno tomó distancia de su Vicepresidente, aún cuando en un encuentro de ministros le pidió que se concentrara en sus labores. De todos modos ya se sentía el enfriamiento de las relaciones y fue Glas quien el 2 de agosto de 2017 le envió una carta a Moreno, que se hizo pública en los medios donde en lo fundamental decía:
“Sé a lo que me enfrento por denunciar de manera frontal lo que está pasando y la posible aplicación de un paquetazo contra mi pueblo”. Y a continuació acotaba: “Se está orquestando el retorno del viejo país a través del reparto, del tongo. Se construye un escenario propicio para la corrupción institucionalizada”. Cerró con la siguente denuncia: “Pero hoy se sientan las bases para un Estado de corrupción, al pactar con personajes nefastos de la historia nacional, como los Bucaram, al entregar servicios e instituciones a personas vinculadas con el pasado oscuro del país: la banca del Feriado Bancario, los malos empresarios acostumbrados a explotar a sus trabajadores, los de las barcazas, los que pretendían quebrar al Estado para privatizar y hacer grandes negocios, los seudo-sindicalistas acostumbrados a tener privilegios”.
Tras esta carta, Moreno le retirió las funciones, la seguridad personal y hasta el uso de las naves oficiales. Todo terminó ahí entre los dos ganadores de la primera y segunda vuelta electoral. Glas fue acusado por la Fiscalía y el 3 de octubre fue detenido, tras la aceptación de la Asamblea de que sea procesado, como él mismo lo pidió bajo el argumento de que confiaba en la justicia y no tenía nada que temer.
Todo el ‘terremoto’ en la Vicepresidencia comenzó a finales del 2017; pero, ya para el 6 de enero del 2018, la Asamblea Nacional posesionó a María Alejandra Vicuña como la nueva Segunda Mandataria.
La labor de Vicuña, por orden del Jefe de Estado, se enfocó en promover las obras en Esmeraldas y Manabí, provincias afectadas por el terremoto del 2016; más allá de eso, no tenía protagonismo ni tampoco un peso político fundamental al interior del régimen.
La noche del 26 de noviembre cambió el rumbo de Vicuña en el Gobierno, pues, Teleamazonas difundió un reportaje, en el que se mostraba la declaración juramentada del ex asesor de Vicuña, Ángel Sagbay, cuando ella era asambleísta de Alianza PAIS, en los años, 2011, 2012 y 2013.
En el documento, el ex colaborador declaró haber depositado entre USD$300 a USD$1.400 mensuales cuando laboraba en dos cargos distintos junto a Vicuña. Las consignaciones, según él, se hicieron a la cuenta del Banco de Machala, que tenía como titular a la ex asambleísta oficialista.
“Esta contribución me fue solicitada directamente por la ex asambleísta María Alejandra Vicuña como condición para darme el cargo. Ella me indicó que era una contribución obligatoria para el movimiento Alianza Bolivariana Alfarista (ABA)», indica parte de la declaración.
En una primera reacción, Vicuña negó el hecho y recalcó que todo se trata de una componenda en su contra. Al siguiente día, en una entrevista, finalmente, aceptó que sí recibió el dinero, pero ratificó que era parte de la aportación a su movimiento y no fue de forma obligada.
Al interior de PAIS se vivió una guerra aparte. Un comunicado de la dirección del movimiento respaldando tácitamente a Vicuña ante el difícil momento político y judicial que atravesaba fue criticado por la presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, quien reveló que el pronunciamiento no había contado con el debate previo en el grupo político.
No tardó en llegar el consejo para Vicuña de todos los lados (oposición, oficialismo y del propio régimen): que solicite una licencia sin remuneración. Incluso, la Asamblea Nacional, mediante resolución legislativa, pidió la renuncia de la Vicepresidenta María Alejandra Vicuña
Vicuña les hizo caso y el 3 de diciembre extendió el pedido al Presidente de la República, Lenín Moreno, para gozar de una licencia sin pago.
Pero Moreno fue más allá de una respuesta al planteamiento de la Segunda Mandatario y la «liberó» de funciones para que se pueda defenderse en tranquilidad.
La licencia sin remuneración llegó a su fin cuando, al siguiente día, el 4 de diciembre presentó su renuncia irrevocable.
«Creo que el país no merece esta inestabilidad, no me voy a prestar a que se abone a rumores de muerte cruzada, de renuncia del Presidente o de grave conmoción interna. Una Vicepresidencia sin funciones no se conduele con lo que el país necesita: ¡trabajo, reactivación productiva y generación de riqueza para poder garantizar su justa distribución priorizando siempre a los más pobres! Y si bien, el Presidente de la República me ha reiterado su cariño, entiendo que el liberarme de las funciones busca garantizar mi legítimo derecho a la defensa», decía parte del texto de la dimisión.
Ahora, Vicuña se está defendiendo en la justicia; la Fiscalía pidió que se establezca la fecha y hora para la formulación de cargos en su contra por el presunto delito de concusión.
El perfil de un nuevo Vicepresidente fue el tema del momento tras la renuncia de Vicuña. Se pedía una persona honesta, que no esté relacionada con el correísmo y que le dé un aire nuevo a la gestión de Moreno.
El 6 de diciembre, el Jefe de Estado anunció quiénes integraban la terna: Otto Sonnenholzner, Nancy Vasco de Maldonado y Agustín Albán.
En el ámbito político, rápidamente los tres nombres merecieron el apoyo irrestricto de las bancadas de oposición, incluso, muchos de los personajes optaron por contar anécdotas o experiencias de cómo era, especialmente, Sonnenholzner.
Aunque ninguno de los tres representaba a las filas de PAIS, que ganó la Presidencia y también la Vicepresidencia del Ecuador en 2017; los voceros del movimiento oficialista también anunciaron su apoyo al primero de la terna.
Un ciudadano impugnó las candidaturas de Sonnenholzner y Albán. El documento señalaba que el radiodifusor guayaquileño ha pagado USD $46,86 de tributos en el año 2017 como Impuesto a la Renta. “Esto significará que tales empresas o están quebradas o eluden tributos como se evidencia”, señala.
Mientras que, sobre Albán, indicaba: “El segundo, ni siquiera registra datos en los últimos 3 años”.
Sobre Otto Sonnenholzner también pesaba otra denuncia por vínculos con una empresa offshore. Sonnenholzner admitió que fue directivo de la empresa Galley Enterprises, pero dijo que esta compañía «no tiene patrimonio en el extranjero sino en Ecuador». Aceptó, además, que radio Tropicana, de la cual fue gerente general, sí mantuvo contratos con el Estado.
Pese a los cuestionamientos, la Asamblea Nacional, el 11 de diciembre, designó, con 94 votos afirmativos, 27 negativos y 7 abstenciones, a Otto Sonnenholzner como el nuevo Vicepresidente de la República del Ecuador.
Logró el apoyo de las Bancadas de CREO, PSC, SUMA y Alianza PAIS. Mientras que desde la Revolución Ciudadana, cuestionaron la terna y la calificaron de «falsa, mentirosa e inconstitucional» y no la apoyaron.
En su primer discurso como autoridad, Sonnenholzner hizo un llamado a trabajar por el país, señalando que «es el momento clave para la democracia, la ética, para la recuperación de la confianza de las instituciones y personas».
“No debemos permitir que las diferencias políticas nos desvíen de la ruta del desarrollo. Acudo al llamado del Presidente como un ciudadano más en un momento clave para la democracia, ética, para la recuperación de la confianza de las instituciones y personas”, expresó el segundo mandatario al enfatizar que si regresa esta confianza, “les garantizo que vamos a salir adelante”, recalcó.
A Sonnenholzner, el Presidente de la República le delegó coordinar seis gabinetes sectoriales, dar seguimiento a la política de diálogo instaurada por el Gobierno y articular un gran acuerdo nacional.
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(PAY)