Cuba y Brasil
Hace 60 años triunfó la Revolución cubana. Sus líderes supieron conducirla con valentía e inteligencia, en un marco de apoyo y solidaridad internacional.
Resistió invasiones y toda clase de atentados, sobre todo el criminal bloqueo impuesto por EE.UU., que atenta contra todo derecho humano y viola el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos.
La Asamblea General de la ONU, a lo largo de décadas, lo ha condenado masivamente; en los últimos años solo EE.UU. e Israel han votado a favor.
A pesar del enorme impacto económico del bloqueo, ha avanzado en muchos campos, superando a grandes países, convirtiéndose en potencia mundial, en el ámbito de la salud, el deporte y la educación.
La OMS, Unesco y otros lo reconocen. Cuba, aun con sus limitaciones económicas, apoya a muchos países y ha concedido centenares de miles de becas a estudiantes del mundo entero.
En Cuba, nadie muere sin atención médica y no existe mortalidad infantil. Si no sufriera el bloqueo, tendría desarrollo sostenido integral.
Su soberanía y dignidad son referentes para los países en vías de desarrollo del planeta.
El imperio no pudo con la Revolución cubana y sigue siendo una guía para la gran batalla latinoamericana por la independencia, la democracia y la libertad.
En cambio, después de más de 60 años tras las dictaduras militares sanguinarias, vuelve a Brasil un gobierno de ultraderecha, presidido por Jair Bolsonaro, exmilitar, que ha proclamado una agenda de terror y racismo, en un marco ideológico conceptual fascista; se propone a sangre y fuego combatir a las agrupaciones sindicales, de mujeres y de izquierda.
Ya pactó con Trump a través de su secretario de Estado, Mike Pompeo. Anticipó su agenda económica de “libre mercado” y neoliberalismo que, como sabemos, significa sumisión y entrega a las transnacionales, paquetazos del FMI, pérdida de soberanía, privatizaciones y saqueo de la riqueza nacional.
Su línea es de aversión y odio a la “ideología” de la mujer, busca liberalizar el uso o posesión de armas; se alinea en la “guerra” contra Venezuela y Cuba.
Por algo Trump exclamó: ¡EE.UU. está contigo! y el pueblo brasilero lo califica como el “Trump tropical”. América Latina debe estar alerta.
Este presidente es un peligro. Sus posiciones fascistas no las oculta. Es claro el contraste entre Cuba y Brasil, el gigante de América Latina.
Cuba y Brasil
Por Leonardo Vicuña IzquierdoEcuador News
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