PENSIÓN JUBILAR SOLIDARIA
En mi última visita a Ecuador (Quito, Riobamba, el Oriente y Guayaquil), me entrevisté con varias amas de hogar. Observé que ellas no reciben del Estado una pensión mensual, respecto a la Pensión jubilar de sus esposos. Situación que incide en una marginación social compatible con el machismo conservador tradicional.
En un matrimonio, quien realiza las tareas domésticas del hogar es la madre; tareas diarias sin horario ni remuneraciones, que deben cumplir desde que amanece hasta que anochece. Obviamente, existen esposos e hijos considerados que colaboran con las tareas, pero son un mínimo porcentaje, Por lo cual muchas madres en su vejez o antes, padecen artritis en sus manos y otras enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, etc.
«Detrás de todo hombre hay una compañera que sabe luchar desde el hogar, cuidando hijos y al mismo esposo para que vayan bien nutridos y tranquilos a su lugar de trabajo y/o estudios; y nos merecemos una justa remuneración o beneficio económico», es la opinión de una de mis seis hermanas, Francisca Esperanza, quien en su adolescencia, al terminar su educación primaria en la Escuela Fiscal «República de Costa Rica» número 14, en Guayaquil-Ecuador en 1965-1966, se hizo acreedora a una Beca para continuar sus estudios en el llamado Colegio de los Campeones «Víctor Emilio Estrada», porque era miembro del Equipo de Básquet de su Escuela, donde a veces veía sus cualidades deportivas desde mi Escuela «República de Colombia» contigua a la suya y separada por una banda metálica.
Lamentablemente, por la insensatez o inmadurez de mis padres, Francisca no tenía Partida de Nacimiento y no fue posible disfrutar de su Beca. Así rompieron sus Sueños de» servir a la Patria» y superarse académicamente. Hoy es abuela y bisabuela de una Hermosa familia, por lo cual me siento orgulloso de ser uno de sus hermanos. Opinión que amerita añadir que ellas parieron, amamantaron y criaron a sus hijos con amor y esmero. Orientan a los niños en sus estudios y siembran en su mente principios de ética y moral que los ayudan en su adolescencia a reflexionar como seres humanos que aman la vida y a sus semejantes. Así contribuyen a la sociedad a tener verdaderos ciudadanos y profesionales.
Quienes recibimos una pensión jubilar por nuestro trabajo, debemos ser solidarios y consecuentes con la compañera que nos nutrió en cuerpo y alma para cristalizar el objetivo del trabajo: Lograr una Pensión Jubilar hasta que Dios nos de vida. Sin ella, difícilmente lo hubiésemos logrado. Razón por la cual, apelo al sentido común de las Autoridades competentes del Ecuador, legislar por una Ley de Pensión Jubilar Solidaria, si no la hay.
PENSION JUBILAR SOLIDARIA
Por Lis LovatoEcuador News, desde Nueva Jersey
www.ecuadornews.com.ec