TELÉFONOS INDISCRETOS
No hay duda de que la llamada tecnología de punta es capaz de herir con su peligroso filo al más templado. Y es que a este brazo práctico de la ciencia, que ha convertido a la magia en realidad evidente, sometiendo al tiempo y al espacio y ofreciendo a los humanos una vida más cómoda y comunicativa, también puede aplicársele el viejo dicho popular que repetía mi abuela: “no hay mal que por bien no venga”. Y a las pruebas nos vamos a remitir.
Lo anteriormente dicho calza como anillo al dedo en el tema del “vis a vis” parlante.
Es decir, de esa comunicación que ya no se hace por señales de humo, como los pieles rojas pregringos de los “westerns” del cine, ni a través de los rápidos “chasquis” del incario, sino usando la telefonía, ya sea de planta o la celular, que es cómodamente portátil y cuyos teléfonos, como las motocicletas, son tan apetecidos por los delincuentes, especialmente los “arranchadores”.
Y es que desde la Asamblea nos vienen los ejemplos al pelo con dos de sus titulares que han causado graves problemas (el uno ya destituido por hablar con un prófugo de la justicia nacionalizado en la ‘Yoni’) tras mantener conversaciones un tanto indiscretas a través de los consabidos auriculares.
Y quien está ahora en la cuerda floja telefónica, por su audio, es doña Elizabeth Cabezas, a menos de dos meses de la elección de dignatarios legislativos, donde pudiera pretender su reelección.
Y es que por hablar, como si lo hiciera públicamente y a la luz del día, con la ministra María Paula, sobre el tema que tiene que ver con las acusaciones que se hacen contra Lenín (por culpa de agnados y cognados muy cercanos) y a quien trataban ellas de proteger, pues, por culpa de un “hackeo”, que ahora investigan, el diálogo confidencial y telefónico se convirtió en un “secreto a grandes voces”.
Por lo cual creemos que debieron -“las dos ambas”- haber recordado ese otro adagio que afirma, no precisamente desde un punto de vista entomológico, que “en boca cerrada no entran moscas”.
“Todo se sabe, todo se chamuya, todo se comenta”, decía un gracioso locutor radial del pasado. Por ello, cuando se hable de temas tan riesgosos es mejor que se lo haga personalmente y en voz muy baja.
TELÉFONOS INDISCRETOS
Por Fernando Cazón Vera
Ecuador News
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