Sin nadie y abandonada sin reelección
En medio de la conmoción que provocó la Presidenta de la Asamblea se queda… Sin nadie y abandonada sin reelección
El Pleno decidió no sancionar a la presidenta Elizabeth Cabezas. Pero tampoco le concedió su voto de confianza.
No hubo votos para sancionar a la Presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas. Tampoco los hubo para tomar la decisión de no sancionarla. El audio de la conversación telefónica en la que la presidenta de la Asamblea pide a la ministra del Interior, María Paula Romo, gestionar los votos socialcristianos para impedir el análisis de los INA Papers volvió a ocupar el centro del debate en la sesión plenaria más intensa en lo que va de la legislatura.
Fueron cuatro horas de suspenso con apuradas negociaciones al filo del abismo, asambleístas que corrían de un lado para otro, intensas discusiones sobre procedimiento legislativo, propuestas de última hora y tres votaciones en seguidilla que no condujeron a nada.
Al final, todo queda como estaba: los correístas, con el rabo entre las piernas; y Cabezas al frente de la Asamblea hasta mayo próximo, con prácticamente nulas posibilidades de ser reelecta.
Tan inusual fue la sesión que hasta José Serrano tomó la palabra, algo que quizá no hacía desde que lo echaron de la Presidencia. En esta ocasión lanzó una propuesta que pudo cambiarlo todo de haberla presentado quince días antes, cuando se discutía la conformación de una comisión para investigar a Cabezas.
“¡Aquí fui lapidado!”, empezó gritando, enojadísimo, como si no hubiera conspirado con un prófugo de la justicia para bajarse al fiscal de la nación.
Y, tras el exabrupto, la propuesta: “Aquí -dijo- se estableció un procedimiento para destituir a un presidente de la Asamblea. Se debe seguir ese precedente”. Y mocionó, en consecuencia, convocar tanto a Elizabeth Cabezas como a María Paula Romo para que se expliquen ante el Pleno. Así como cuando lo destituyeron, luego de escucharlo a él y al fiscal Carlos Baca Mancheno.
La moción no pasó pero recibió el apoyo de correístas, socialcristianos y ocho disidentes del oficialismo que ya conforman, con Silvia Salgado y Esteban Albornoz a la cabeza, la nueva bancada serranista destinada a pactar, a conveniencia, con el correísmo.
SUCESOS AL FINAL DE LA REUNION
Pero esto no ocurrió sino hasta el final de la sesión. Primero vino el debate sobre el trabajo de la Comisión constituida para investigar a Cabezas, debate que tuvo como protagonistas a María Mercedes Cuesta (FE), que presidió la Comisión, y la correísta Marcela Aguiñaga, ambas con igual vestido blanco estampado con idénticas flores color rosa, como para incrementar el mutuo encono. Ellas repitieron los argumentos que han defendido la última semana por distintos medios.
Cuesta: la denuncia presentada por la correísta Amapola Naranjo apela a una sola prueba (el audio de marras) que ni siquiera fue adjuntado a la documentación y cuya invalidez procesal, por haber sido obtenida de manera ilícita, es indiscutible. “Todos tenemos el derecho de hablar por teléfono aquí sin exponernos a que nos graben, así como está hablando usted, señor (dijo señalando a uno que tenía el celular en la oreja y no terminaba de enterarse por qué se convirtió de pronto en el centro de todas las miradas).
Y para terminar: “Yo no voy a enseñarles ética, señores, porque yo no soy su madre. Gracias a Dios”.
Aguiñaga: la Comisión usó la ley “como servilleta” y se pasó por encima de las decisiones del CAL (que calificó la denuncia) y del Pleno (que le ordenó investigar). El audio, aunque no esté judicializado, recoge hechos de conocimiento público y notorio y su autenticidad fue admitida por la propia presidenta, contra quien enfiló toda su artillería: “no tiene ética, no tiene probidad y ha usado el cargo para sus intereses personales”. Más aún: es “una señora que maniquea la verdad”, lo que sea que eso signifique.
Por lo demás, las intervenciones de cajón no aportaron un ápice al debate. Amapola Naranjo, la acusadora, no fue capaz de explicar (nunca lo ha sido) de qué manera la presidenta (en su conversación con la ministra Romo) incurrió en la prohibición de desempeñar otras funciones o realizar actividades incompatibles con el cargo de asambleísta, tal como asegura en su demanda.
COSAS REPETIDAS DE LA PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA
Y La Presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, en su defensa, no pasó de elaborar una serie de variaciones sobre un mismo tema: el de la víctima que se convierte en acusada. “Nosotros, los asambleístas éticos”, dijo y Gabriela Rivadeneira, que de ética al parecer entiende mucho, estalló en ostensibles carcajadas.
Moción de María Mercedes Cuesta: aprobar el informe de la Comisión en la que se recomienda no sancionar a Cabezas. Los 62 votos a favor del oficialismo, el BIN y la mitad de los asambleístas de CREO, cuyo bloque se comporta cada vez más como un antibloque, no bastaron. Correístas y serranistas, que para el caso es lo mismo, votaron en contra. Socialcristianos y la otra mitad de CREO se abstuvieron.
Moción de Marcela Aguiñaga: destituir a Elizabeth Cabezas de la presidencia. 31 correístas, a favor. Oficialistas, CREO y el BIN, en contra. Socialcristianos y serranistas, abstención.
También se rechazó la propuesta de José Serrano, pero la idea de llamar a Elizabeth Cabezas y a María Paula Romo para que rindan cuentas ante el Pleno todavía puede ser impulsada por otro grupo político (CREO, por ejemplo, que no lo ve con malos ojos). La pregunta, faltando un mes para que Elizabeth Cabezas deje su cargo, es ¿para qué?
EL DETALLE
¿Golpes en el Pleno? Que le metió un codazo en el seno, acusa la oficialista Belén Marín. Que es discapacitada, se defiende la correísta Carmen García.
DESERCIÓN
Y Serrano fundó el serranismo
Silvia Salgado, Esteban Albornoz, Karla Cadena, Kharla Chávez, Yoffre Poma, Mariano Zambrano… Son, por el momento, los disidentes del oficialismo. Al menos, votaron como tales. Y durante el debate sobre el caso Assange, la semana pasada, adscribieron las tesis más radicales del correísmo, aún contra las decisiones de política exterior del propio Gobierno de Lenín Moreno.
Su sala de juntas: el escaño de José Serrano, en la primera fila del hemiciclo, a cuyo alrededor se reúnen a vista y paciencia de sus propios compañeros de bloque. Es, todo parece indicar, la respuesta de Serrano a los crecientes recaudos que su persona parece generar en Carondelet.
Para el bloque correísta esta deserción de las filas del oficialista es una gran noticia, pues cuentan ahora con siete votos más para sus propuestas (aunque algunos en la Asamblea calculan que los serranistas son hasta diez.
El nuevo mapa complica las posibilidades de los oficialistas para la elección de nuevas autoridades, que se dará en mayo próximo.
Por Roberto Aguilar
Desde Quito en especial para Ecuador News
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