Ola Bini: no me voy a ir del Ecuador…
Ola Bini: ‘no me voy a ir del Ecuador… Es mi hogar adoro estar en esta mi tierra’
Pereseguido por la Ministra Romo la que ha inventado que es amigo de 2 hackers rusos inexistentes
Ola Bini se encuenta en libertad pero todavía bajo la amenaza de ser juzgado, aunque el científico sueco, no sabe la causa por la que se le podría sentenciar. Pero lo que si expresa es su inmenso amor por Quito y por todo el Ecuador y dice con tristeza “no me voy a ir del Ecuador, es mi hogar, adoro estar en esta mi tierra.
Un poco antes de las 16:00 del pasado viernes 21 de junio del 2019, el ciudadano sueco Ola Bini arribó a la Fiscalía General del Estado, en Quito, y se presentó ante las autoridades.
Esa fue una de las órdenes que el Tribunal de la Corte de Pichincha le interpuso a cambio de dejarlo en libertad. Bini, quien también tiene una prohibición de salida del país, llegó vestido de negro, junto a su abogado Carlos Soria. “Soy inocente. No he vulnerado sistemas informáticos en el país”, dijo.
Ese fue el principal señalamiento del Gobierno desde el 11 de abril, cuando el extranjero fuera capturado en el aeropuerto de Tababela. Después de registrarse el arresto, la ministra del Interior, María Paula Romo, se presentó públicamente y aseguró que tienen “evidencias suficientes” para comprobar que Bini “ha estado colaborando con los intentos de desestabilización en contra del Gobierno”.
Y además agregó en colaboración con 2 hackers rusos que a la postre han estado, solamente en la mente de la Ministro Romo e inclusive cuando la prensa le hace la pregunta de los rusos donde están cambia de conversación.
Patricio Vaca, uno de los dos jueces que aceptó el hábeas corpus a favor del informático, dijo que el recurso fue concedido porque en la detención se registraron arbitrariedades.
Por eso, la defensa prepara acciones legales “en contra de todas las autoridades que estuvieron involucradas en la detención ilegal”.
Habló de los policías, del fiscal y de la jueza del caso. De hecho, en la audiencia para imputar cargos, que se desarrolló tras el arresto en abril, la Fiscalía citó la cadena del presidente de la República, Lenín Moreno, sobre la terminación del asilo diplomático a Julián Assange, la rueda de prensa de Romo y una llamada al número 1800-Delito, en la que se advertía que “dos ciudadanos rusos que se dirigían a Tababela”.
El 2 de mayo, el fiscal Édgar Chávez volvió a citar esos elementos y un Tribunal Penal negó al libertad del procesado.
Este viernes, Bini insistió en que no cometió ilegalidades. El periódico El Comercio hizo la consulta a la Ministra Romo sobre el tema y aseguró lo siguiente: “No nos corresponde pronunciarnos en ningún sentido. El caso lo lleva la Fiscalía y lo resuelven los jueces.
Confío en que las pruebas que se obtengan y expongan en el proceso penal confirmarán nuestras sospechas sobre la comisión de delitos”.
La investigación de este caso se cerrará el 13 julio. Solo después de esa fecha se sabrá si es llamado o no a juicio. Los abogados de Bini aseguraron que no hay pruebas, “pero sí irregularidades” en la captura: fue detenido a las 15:00, pero la orden de detención se dictó siete horas después. Además, indicaron que su defendido es sueco y no ruso, como aparece en el parte.
“Solo después que estuvo detenido una hora pudo tomar contacto con sus familiares y con los abogados”.
Uno de los indicios de la Fiscalía es que el procesado pagaba cada mes USD 230 000 por Internet. La defensa aseguró que su cliente pagaba USD 4 883 mensuales y que ese valor estaba dividido entre equipamiento, climatización, energía eléctrica, el ordenador y servicio de Internet de 10 megas. Este detalle de gastos consta en el expediente.
Con este tipo de datos se defenderán en las posteriores audiencias judiciales, a las que serán convocados. Tras conocer la liberación, la Comisión Interamericana de DD.HH. (CIDH) al igual que la ONU que exigieron la libertad de Ola Bini también se pronunciaron y dijeron que su libertad es “una decisión ajustada a los estándares internacionales
OLA BINI HABLA DE SU AMISTAD CON JULIAN ASSANGE
Mi relación con Julian Assange es muy simple», aseguró el desarrollador informático sueco Ola Bini. «Es mi amigo. Nunca he trabajado con él en ningún ámbito. Nunca he trabajado ni he estado relacionado con WikiLeaks de ninguna forma», «Nunca he atacado ningún sistema en Ecuador ni en ningún otro país. Soy un desarrollador de software. He sido programador desde que tengo siete años y vivo aquí en Ecuador desde 2013.
Lo que he estado haciendo es crear software para proteger la seguridad y privacidad digital», afirmó. «Lo he venido haciendo en la modalidad de ‘open source’ (software libre, de código abierto). Eso significa que cualquiera en el mundo pueden ver lo que he hecho (acceder a sus códigos fuente) y pueden incluso descargarlo», aseguró. cuándo lo hizo, en medio de qué, etc».
RESPECTO A LA AMISTAD IÍNTIMA QUE DICEN TENER CON EL EX CANCILLER PATIÑO
Ola Bini respecto a lo que dice el gobierno que tiene gran amistad con el excanciller Patiño responde «Nunca en mi vida he conocido a Ricardo Patiño. Y, por cuanto sé, los viajes que mencionan y que intentan vincular con los viajes de Patiño, por ejemplo un viaje a Perú en 2019, en realidad no he ido a Perú este año.
La única vez que fui a Perú fue hace cuatro años. Ninguna de estas conexiones de supuestos viajes con Patiño tiene sentido; no hay ninguna evidencia», dijo Bini, al ser preguntado sobre las declaraciones de la ministra del Interior, María Paula Romo, respecto a supuestos vínculos con Patiño, excanciller del régimen de Rafael Correa que otorgó el asilo a Assange en Londres.
«María Paula Romo ya ha dicho que tienen una cantidad de evidencia considerable en mi contra. Pero ahora dicen que la van a obtener ¿Y por qué es ella quien habla de esto? ¿No se supone que es la Fiscalía quien tiene que recabar la evidencia?», cuestiona el informático.
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Más de dos meses en una prisión de Quito Ola Bini permaneció detenido en la cárcel de El Inca, en el norte de Quito, desde el 11 de abril hasta las 22:30 del jueves 20 de junio del 2019. «Fue muy difícil. Es extremadamente hacinado. Cuando llegué, éramos 95 en mi bloque de celdas. En cada celda había solo un catre y el primer mes éramos ocho personas en una celda. Durante este tiempo dormí sobre el piso de concreto. No teníamos luz en la celda, ni agua caliente o agua limpia; a veces ni siquiera había agua de cualquier tipo.
Teníamos tres inodoros funcionando, dos no tenían puertas. Estábamos completamente aislados. En cada celda, nos teníamos el uno al otro, pero comunicarse con el exterior era muy difícil». «Cada uno tenía derecho para una visita de dos personas, tres horas a la semana. También nos restringían el acceso a luz del sol, teníamos máximo cinco horas por semana. Al menos la mitad de los internos pasaban siempre enfermos.
Yo me enfermé unas cuatro o cinco veces. El acceso a alimentación nutritiva es extremadamente difícil. La mayoría de gente en mi celda estaba deshidratada y las personas que comían las tres comidas al día perdían entre 10 y 15 kilos en un periodo de 30 días. Yo moría del hambre durante las primeras dos semanas.
Además, es una atmósfera muy hostil. Mi celda era la más segura, no por los guardias porque durante el turno diurno habían ocho para 2 000 personas. Mis compañeros, que me cuidaron muy bien, me protegieron y me acogieron durante este tiempo.
Les quiero decir a todos ellos: gracias por creer en mí y cuidarme».
«No esperábamos que me fueran a liberar», asegura el programador. Por eso, sus padres no estuvieron en el momento de su liberación. «Planearon volver en julio y estoy muy feliz y deseoso de ver a mi familia». «No me voy a ir del Ecuador», asegura. «Voy a seguir todas las disposiciones legales.
Me voy a presentar todos los viernes ante la Fiscalía hasta que haya probado mi inocencia. Y me voy a quedar en Ecuador, es mi hogar y me encanta estar aquí». – El proceso en la Fiscalía «Soy inocente, no he cometido ningún crimen, y continuaremos demostrándolo en cualquier forma que sea necesaria.
Pero, como la Fiscalía no nos ha dicho qué he hecho, cómo lo he hecho, cuándo o dónde lo he hecho, es muy complicado porque no podemos demostrar inocencia si todavía no me han dicho lo que, según ellos, he hecho. Es como si dijeran que soy un ladrón, pero no me dicen qué he robado, cuándo o a quién».
Sobre las condiciones de su detención, Bini asegura que nunca se le presentó un escrito formal sobre su aprehensión. «No sé qué día o a qué hora fue redactada mi orden de detención. No quisieron mostrármela; me dijeron que tenían una orden, pero nunca me la hicieron ver», afirmó.
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