En el pasado se vivió nuestro mejor futuro
En el pasado se vivió nuestro mejor futuro
Cuando se rememora los sueños de la segunda mitad del siglo pasado, los males de entonces se veían pasajeros y el porvenir, mejor y factible; cuando se recuerda a los intelectuales comprometidos con las luchas sociales de esa época, razonando sobre el futuro luminoso de la humanidad, quimérico en el actual presente, se siente nostalgia; cuando se evoca la solidaridad con las causas justas, como la lucha contra la Guerra de Viet Nam, se añora aquel tiempo ido; cuando se analiza todo aquello, se concluye: el presente se veía mucho más hermoso que la absurda locura actual, plena de angustias e incertidumbres. ¿Qué ha pasado?
Para Descartes, no hay que admitir nada como verdadero sin tener la evidencia de que así mismo es. Para eso, hay que analizar todas las partes de un hecho, esta revisión debe ser integral sin omitir absolutamente nada; se debe comenzar por el análisis de los objetos más simples y fáciles hasta llegar a los más complejos.
Puesto que el conocimiento obtenido mediante los sentidos suele ser erróneo, hay que dudar de todo para llegar al conocimiento que puede considerarse verdadero. Mientras se duda de todo, se debe crear una moral provisional que rija la vida. La misma consiste en obedecer las leyes y las costumbres, en conservar la fe en los altos valores, en guiarse por los pareceres más moderados y en analizar las opiniones dudosas como si fueran verdaderas. Ya que sólo se gobierna el pensamiento, se debe cultivar la razón y avanzar hacia el conocimiento mediante su uso.
Hoy día, nadie emplea el método cartesiano para buscar la verdad, sino que usa los dogmas forjados, en parte, por los medios de información masivos, MIM, que crean el universo de ficción en el que todo el mundo desarrolla sus actividades. Se trata de una realidad fantasiosa donde no existe la verdad sino el orbe irreal instituido para que sobreviva un sistema caduco. Es una acción desesperada, que niega los hechos y produce actos que denigran la dignidad humana, bochornosos en su totalidad. Es como la escolástica medieval establecida en ese entonces por igual motivo.
Ejemplos sobran, The New York Times calificó el 11 de diciembre del 2012 como el más negro para un Estado de derecho. Ese día, el HSBC, el segundo banco más grande del mundo, no pudo ser enjuiciado pese a que había blanqueado más de 7.000 millones de dólares de la mafia mejicana de la droga. El Departamento de Justicia de EEUU fue advertido por la FED y el Departamento del Tesoro, de que temían que “tomar una medida tan agresiva contra el HSBC podría poner en riesgo a uno de los mayores bancos del mundo, lo que tendría efectos negativos para la economía mundial”. Luego, las autoridades de EEUU decidieron no enjuiciar al HSBC, que sólo pagó una multa de 1.92 millones de dólares. Ni un banquero fue acusado.
¿Por qué no se persigue a los narcotraficantes de EEUU? Pues, porque los secretarios de Estado, los gobernadores, los legisladores, los senadores, los jueces, la policía, los agentes del FBI, la CIA, la DEA, las Patrullas Fronterizas y los periodistas han coludido con los narcotraficantes. Gabriel García Márquez preguntó reservadamente a Bill Clinton sobre este asunto. Obtuvo por respuesta que se trataba de un grave problema de Estado, cuyo meollo se conocería después de varias décadas, igual que los misterios de Fátima. Por algo, los MIM silencian estas noticias.
La Agencia Mundial Antidopaje, AMA, prohibió a los deportistas rusos participar los próximos cuatro años en los Juegos Olímpicos u otros torneos importantes. El asunto empezó luego de que Grigori Ródchenkov, exjefe del Laboratorio de Antidopaje de Moscú, emigrara en el 2016 a EEUU, donde, después de obtener protección de testigo, hizo declaraciones de prensa; desde entonces se convirtió en confidente de la AMA. Antes de emigrar, la justicia de Rusia lo había acusado de proporcionar, sin que lo supieran, sustancias prohibidas a los deportistas y deshacerse de las pruebas de sus actos, de destruir más de 1400 muestras biológicas y de pedir dinero a los deportistas a cambio de descartar resultados positivos en los test antidopaje.
Rusia cumplió las exigencias de la AMA y durante dos años no se escuchó nada sobre cualquier rompimiento de la ley. De repente volvieron las sanciones, sin que se sepa en qué basa la AMA sus acusaciones contra Rusia. Sólo se sabe que el testimonio de Ródchenkov y un documental sobre el dopaje en el deporte ruso, emitido por el canal alemán ARD, en el que se hacían afirmaciones no contrastadas, sirvieron de base para la investigación que culminó con las sanciones al deporte ruso. La situación raya en lo absurdo porque aplicar un castigo colectivo sin pruebas es una práctica típicamente nazi. La culpabilidad es individual y no debe estar motivada por razones políticas ni por prejuicios raciales, nacionales o ideológicos.
La AMA incriminó a Rusia de haber falsificado la base de datos, pues la versión que entregó el 2015 no coincide con la que se llevó Ródchenkov a EEUU. A los atletas rusos se les impidió participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del 2016 y debieron competir bajo la bandera olímpica en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang del 2018. En el caso de que la nueva sentencia se ejecutase, la AMA castigaría a Rusia por segunda ocasión por el mismo supuesto delito, lo que es una violación del derecho internacional; sin embargo, y pese a que ninguna acusación ha sido probada, los MIM silencian todos estos hechos.
Jerrold Nadler, presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de EEUU, declaró: “Hoy, este Comité introduce dos artículos de impeachment acusando al presidente de cometer graves crímenes. El primer artículo, por abuso de poder; el segundo artículo, por obstrucción del Congreso”. Aparentemente, el Presidente Trump abusó del poder al presionar a Vladímir Zelenski, presidente de Ucrania, para que realice una investigación, con la finalidad de empañar la imagen de Joe Biden, precandidato presidencial por el Partido Demócrata. Trump escribe en su cuenta de Twitter: “El presidente de Ucrania dijo que no se sintió presionado por mí para hacer algo malo. No puedo tener un mejor testimonio que eso”.
¿Qué hay de cierto? En mayo del 2014, Hunter Biden se incorporó a la junta directiva de Burisma Group, a pocas semanas de que su padre visitara oficialmente Ucrania. Víctor Shokin, Procurador General de ese país, investigaba por corrupción a Burisma Group e indicó tener pruebas de que la directiva de esa compañía, y el hijo de Biden, realizaban maquinaciones corruptas y que le despidieron en el 2016 por no abandonar dicha investigación. Como resultado de esa destitución, se cerraron los procesos judiciales contra Burisma Group. En el 2018, Joe Biden se jactó públicamente haber amenazado a Kiev con congelar la entrega de un crédito por mil millones de dólares del FMI si Shokin no abandonaba el cargo y el mismo Shokin confirmó que Biden exigió al entonces presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que le destituyera.
Por eso es válida la pregunta, ¿es el impeachment una metedura de pata de los demócratas? Trump afirma que ese juicio político “lo llevará directamente a la victoria en estas elecciones”. Sabe que la candidatura de Biden es patuleca, porque, sin importar lo que digan las encuestas, una vez en el ruedo lo va a destrozar por el escándalo de Ucrania. Dice: “Como presidente estadounidense tengo la obligación y el derecho absoluto de poner fin a la corrupción, incluso si esto significa solicitar o sugerir a otros países que nos ayuden”. Está seguro de que si falla el impeachment, triunfará sobre cualquier candidato demócrata.
Nadie sabe en qué va a terminar esta aventura de Trump. Puede ser que no le pase nada si derrota al impeachment, algo no imposible ni tan difícil, y puede ser que lo saquen a patadas si lo pierde y así lo deciden sus enemigos, tanto demócratas como republicanos. Pronto se conocerá el desenlace. Pero el hecho de que, según sostiene la Sra. Clinton, a Trump le apoye un conjunto de retrógrados, racistas, intolerantes, buscabullas y, además, bien armados miembros de la sociedad estadounidense, dificulta que lo saquen de la Casa Blanca. Así las cosas, si triunfa el impeachment, el actual inquilino de la Casa Blanca piensa aferrarse al puesto con el argumento de que se ha dado un golpe de Estado, tal como precavidamente advierte a Reuters su exestratega, Steve Bannon, y el mismo Trump. Sin embargo, los MIM silencian estos hechos.
Hay más, la injusticia contra Assange, la crisis del Golfo Pérsico, los golpes militares en América Latina, las amenazas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua… pero para muestra bastan estos tres botones. Se pregunta, ¿cómo domina el imperio sobre todas las organizaciones internacionales? Mediante la información que recogen de sus miembros a nivel mundial. Cada persona tiene un punto débil con el que puede ser comprado o chantajeado. Así de simple, buscan en la base de datos, hacen unas llamadas y pare de contar.
En el pasado se vivió nuestro mejor futuro
Por Rodolfo Bueno,
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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