TIEMPOS DE SOLIDARIDAD PARTE 1
TIEMPOS DE SOLIDARIDAD PARTE 1
La humanidad, de tanto en tanto, se ve sometida a situaciones que ponen a prueba su capacidad de aguante y resillencia.
Le tocó el turno a nuestras generaciones, a las actuales, el mundo entero se ve atenazado por el terror frente a una pandemia ocasionada por un virus al que se ha denominado Covid-19 y también frente a las consecuencias catastróficas que desde el punto de vista tanto de salud como económicas debe enfrentar.
La angustia inicial frente a la posibilidad del contagio y la muerte, se ve ahora desbordada por el tema económico, por la evidencia de que el hambre está acosando a muchos hogares.
La situación de quienes no tienen un empleo fijo, la de los vendedores ambulantes, las de ocupaciones que requieren el día a día para poder subsistir, la de los pequeños y medianos negocios que ya acabaron su capacidad de ahorro, la de las grandes empresas y cadenas que hacen ajustes en su nómina de empleados, todo ello en conjunto, da como resultado un panorama catastrófico.
Esto es aún peor en países como el Ecuador, que partieron en su primer día de medidas como el aislamiento y el cierre de los negocios, con una carga negativa representada por el endeudamiento, la corrupción, la pérdida de fe legadas por un gobierno que despilfarró los recursos de la bonanza petrolera.
En estos momentos a lo que hay que apelar es a la sensatez de las medidas económicas y sociales que el gobierno defina, por un lado, y por otro a la solidaridad del sector privado, a la necesidad imperiosa de que quienes más tienen aporten con quienes nada poseen, a la necesidad de no pensar en el lucro sino en cómo ayudar a solventar de forma sostenida la grave crisis de miles de familias ecuatorianas.
Sabemos de iniciativas de empresas, fundaciones, ciudadanos particulares, así como de la iglesia ecuatoriana, que están trabajando con denuedo para al menos paliar la crisis, pero estas iniciativas no pueden ser la excepción, debe ser una decisión de muchos de los sectores que aporten de manera sustancial en la solución de estos problemas que atenazan al pueblo ecuatoriano y que pueden constituir una bomba de tiempo de imprevisibles consecuencias.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
ExPresidenta Constitucional de la República del Ecuador
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