Drama por la pandemia
La India comienza a repatriar a su país miles que trabajaban en países árabes y que se cree mayoría tiene coronavirus
Dos vuelos desde Emiratos Arabes inauguran un gigantesco puente aéreo para el regreso de cientos de miles de ciudadanos. India inicia el mayor dispositivo de repatriación del mundo.
Por Angeles Espinosa, Desde Dubai, en especial para Ecuador News
Sendos aviones con destino a Kerala desde los aeropuertos de Abu Dhabi y Dubái han inaugurado este jueves el gigantesco dispositivo con el que la India planea repatriar a cientos de miles de sus ciudadanos atrapados por la crisis de la covid-19 en distintos países del mundo. Solo en la primera fase el objetivo es ayudar a volver a 200.000, pero algunas fuentes cifran hasta en 1,8 millones los indios que desean regresar a casa. El puente aéreo va a ser apoyado con varios barcos de la Armada.
“La India se prepara para la mayor evacuación del mundo”, titulaba en su portada Gulf News. El diario de mayor tirada de Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde viven 3,4 millones de indios, asegura citando a la Armada india que la operación intenta repatriar a 1,8 millones de ciudadanos. (La oficina de relaciones públicas de ese ejército no ha respondido a la consulta de EL PAÍS al respecto).
En todo lo que se refiere a la India, las cifras son siempre enormes. El segundo país más populoso del mundo, con 1.366 millones de habitantes, tiene 14 millones de ellos desplazados por el mundo. Solo en las seis monarquías de la península Arábiga son 8,5 millones de indios, un tercio de la fuerza laboral inmigrante que constituye la mitad de la población conjunta. Alrededor de 400.000 se han registrado para volver a casa en las misiones diplomáticas indias en esos países, según el diario económico Financial Express. Solo en Emiratos Árabes Unidos, son 200.000, ha informado el Consulado General en Dubái.
A principios de abril, el Gobierno de Nueva Delhi preguntó a sus embajadas por el número aproximado de ciudadanos que necesitaban regresar de forma inmediata, o al menos tan pronto como se levantara la prohibición. Pero no se ha hecho público el resultado de esa consulta.
Incluso si la misión Vande Bharath (Saludo a India), como se ha bautizado el operativo, se limita a repatriar a los 200.000 indios que anuncian los medios locales en la primera fase, será el mayor ejercicio de ese tipo en tiempos de paz. Esa cifra ya supera los 170.000 ciudadanos que la India evacuó de Kuwait por vía aérea tras la invasión del Ejército de Sadam Husein en 1990 y que inspiró el éxito de Bollywood Airlift (Puente Aéreo). También supera a los 150.000 turistas británicos que el Reino Unido tuvo que rescatar el año pasado tras la quiebra de Thomas Cook
VUELOS ESPECIALES DEL 13 AL 20 DE MAYO
Para la primera semana, del 13 al 20 de mayo, se han programado 64 vuelos especiales desde 12 países, que permitirán el regreso de 15.000 ciudadanos. Los pasajeros tienen que pagar el precio del billete y al llegar deben someterse a las dos semanas preceptivas de cuarentena. Además, cuatro navíos de la Armada india, incluidos dos grandes buques de desembarco anfibio, han zarpado preparados para recoger a civiles en la península Arábiga y en Maldivas.
La India suspendió todos los vuelos internacionales a finales de marzo cuando el Gobierno de Narendra Modi decretó un estricto confinamiento para frenar la expansión del nuevo coronavirus. Cientos de miles de indios quedaron atrapados en distintos lugares del mundo, en especial en las monarquías del Golfo. Desde entonces, ha operado unos pocos vuelos de repatriación, pero se negó a aceptar el regreso en masa de decenas de miles de trabajadores ante la falta de medios para garantizar su cuarentena.
Esa negativa motivo tensiones con algunos Gobiernos de la región. Emiratos Arabes Unidos llegó a amenazar con limitar el número de visados de trabajo para los países que se negaran a recibir a sus ciudadanos.
Significativamente, 26 de los 64 primeros vuelos anunciados van a recoger a indios bloqueados en los países de la península Arábiga, donde la pérdida del trabajo les deja a menudo en la indigencia al no existir seguro de desempleo.
“Se va a dar prioridad a los trabajadores en apuros, ancianos, urgencias médicas, mujeres embarazadas, así como otras personas que se hayan quedado en situaciones difíciles”, ha precisado en Twitter el Consulado de India en Dubái.
Las autoridades indias también han señalado que todos los pasajeros serán revisados en el aeropuerto de salida y sólo aquellos que estén asintomáticos podrán subir a bordo. Este es un punto especialmente delicado.
En el caso de Pakistán, que empezó sus repatriaciones la semana pasada, hay preocupación porque muchos de los retornados desde EAU están infectados con la covid-19.
La prensa paquistaní se ha hecho eco del alto número de positivos en los vuelos procedentes de Dubái y Abu Dhabi, que en algunos ha llegado al 50% de los pasajeros. Un portavoz del Ministerio de Exteriores emiratí ha rechazado “completamente esta versión de los hechos” y aseguró a la prensa internacional que “a todo el mundo en los vuelos de repatriación desde EAU se le hace la prueba y no se permite viajar a los infectados”.
Un asesor del primer ministro paquistaní, por su parte, ha sugerido que a los viajeros no se les hacen PCR sino pruebas menos fiables y ha atribuido la elevada cifra de contagiados a las condiciones de hacinamiento en que viven los trabajadores.
DESPEDIDOS, CONFINADOS Y SIN PODER REGRESAR A CASA
Decenas de miles de inmigrantes asiáticos y africanos han quedado atrapados en los países del Golfo por la suspensión de vuelos a causa de la pandemia
Voluntarios reparten comida a trabajadores migrantes por el Ramadán el 28 de abril en Dubái.KARIM SAHIB / AFP
Al menos 150.000 indios y 40.000 paquistaníes se han inscrito en sus respectivos consulados en Emiratos Árabes Unidos (EAU) para ser repatriados. Sin trabajo, sin ingresos y sin vuelos para regresar a sus lugares de origen, son apenas la punta del iceberg del problema que afrontan los inmigrantes en las monarquías del Golfo a causa de la covid-19. Constituyen la mayoría de los contagios confirmados en esos países y los más afectados por las consecuencias económicas. Millones de ellos se han encontrado de un día para otro despedidos, confinados y varados lejos de sus hogares, algunos sin siquiera asistencia.
“La pandemia ha supuesto la pérdida de muchos trabajos, pero aún es difícil estimar su alcance. En los países del Golfo, las medidas de ayuda a la población no se extienden a los inmigrantes, que son el grueso de la fuerza laboral en los sectores más afectados”, declara a EL PAÍS Ryszard Cholewinski, especialista en migración de la Oficina para Oriente Próximo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las ricas monarquías petroleras de la península Arábiga han levantado sus modernas ciudades gracias a un ejército de obreros baratos procedentes de medio mundo, pero sobre todo asiáticos y africanos. Al menos un tercio de quienes viven en Arabia Saudí son trabajadores extranjeros, al igual que el 50% de la población de Bahréin y Omán, dos tercios de la de Kuwait y el 90% de EAU y Qatar. En conjunto, la mitad de los 56 millones de habitantes de los seis países.
Con pequeñas diferencias, en todos ellos el permiso de residencia está vinculado al de trabajo y a la conclusión de este, el trabajador debe abandonar el país; no hacerlo se penaliza con multas. No existen seguros de desempleo y, en ausencia de sindicatos, no es infrecuente que los despedidos tengan dificultades para cobrar las magras indemnizaciones previstas, e incluso los últimos sueldos. Son el eslabón más débil ante el parón económico estipulado en las seis monarquías para combatir el coronavirus, del que ya han registrado 68.000 casos y 390 muertes.
“Los trabajadores están bajo una gran presión porque no pueden enviar dinero a sus familias y algunos apenas tienen para comer, ya que la mayoría trabaja en sectores que han paralizado su actividad”, señala Cholewinski.
Algunos Gobiernos han adoptado medidas de emergencia. Kuwait decretó una amnistía para quienes han excedido su estancia legal y ha ofrecido vuelos gratuitos de repatriación. EAU ha extendido hasta fin de año los permisos de residencia, pedido a las empresas que no echen de sus alojamientos a los empleados que despidan y eliminado la autorización para cambiar de trabajo. Aun así, son decenas de miles los que en estas circunstancias prefieren volver a sus lugares de origen, pero se han encontrado con las puertas cerradas.
QUEREMOS VOLVER A NUESTRO HOGAR
“No necesitamos comida, solo queremos volver a casa”, declaraba Abdul Qayyum Kiymai al diario Gulf News después de que miles de paquistaníes tomaran la inusual decisión de congregarse frente al consulado de su país en Dubái, a pesar del confinamiento y de que las manifestaciones son ilegales.
Su caso no es único. Apenas tres días después de que los consulados indios en EAU empezaran a registrar a quienes desean volver, la lista superaba 150.000, la mitad de ellos del Estado de Kerala. Eso da una idea de que son muchos más, ya que las autoridades de Kerala (2,5 millones de emigrantes, el 90% en los países del Golfo), que iniciaron antes el proceso, tienen apuntados a 400.000, 175.000 de ellos en EAU.
La India y Pakistán, de donde proceden la mayoría de los inmigrantes en toda la región, cerraron sus fronteras a finales de marzo y dijeron no tener capacidad para aislar a los trabajadores retornados. Temen, además, que muchos puedan haberse contagiado dadas las condiciones de hacinamiento en las que viven. EAU (donde trabajan 3,4 millones de indios y 1,2 millones de paquistaníes) amenazó a mediados de abril con limitarles el número de visados de trabajo si no readmitían a sus ciudadanos. Al final, ambos han aceptado recibir los vuelos de repatriación, aunque los de la India aún no han comenzado.
Otros, como Bangladés o Filipinas han optado por enviar fondos a sus Embajadas para ayudar a aquellos nacionales que se han quedado sin ingresos. Pero también ha habido quien no ha tenido opción: Qatar expuls�� a varios cientos de nepalíes a mediados de marzo, según Amnistía Internacional, y Arabia Saudí hizo lo mismo poco después con 3.000 etíopes, según la ONU.
La OIT ha advertido del riesgo de un rebrote del virus si no se dan las condiciones adecuadas para el regreso de los trabajadores. “Algunos inmigrantes africanos ni siquiera disponen de representación diplomática en el país de destino”, explica Cholewinski, que menciona un grupo de Madagascar en Kuwait, cuya Embajada más cercana se encuentra en Arabia Saudí.
CRÓNICA
Por Angeles Espinosa,
Desde Dubai, en especial para Ecuador News
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