Historia productiva ecuatoriana
Historia productiva ecuatoriana
Como en una obra de teatro, la cosmovisión de nuestras memorias se puede limitar a los actores y eventos que se muestran en el escenario, dejando a un lado elementos que, al ser omitidos, pasan a quedarse entre bastidores. Allí encontraremos abandonados por ejemplo a las crónicas de los sectores productivos.
Poniendo en escena estos componentes, hallaremos que el país empieza su historia con el cacao como su principal producto de exportación, el cual se obtenía de forma monopólica por poquísimos grupos guayaquileños.
De hecho, se estima que luego de casi siglo de la república, alrededor de 20 familias eran dueñas del 70% de las plantaciones. La producción de cacao se vio severamente mermada en la década de 1920 por la mezcla de una recesión global y plagas, siendo esta a su vez reemplazada de forma gradual por el banano.
Si bien es cierto de que la distribución de producción aumentó para este producto, el modelo de ganancia cambió hacia un oligopolio, en el cual, para mediados del siglo pasado, tan solo 5 familias controlaban casi el 80% de la exportación de banano.
Años más tarde, el petróleo, luego de su descubrimiento en el oriente, se transformó rápidamente en el principal producto de exportación. En este caso, el Estado se convirtió en su único dueño.
Ya en este siglo, a estos productos se han sumado el sector de la acuacultura, que el año pasado superó a la exportación del banano, y el sector de las flores y plantas que mantenía su crecimiento hasta antes de la pandemia.
En toda esta breve reseña, encontramos que el Ecuador también tiene memorias de progreso; incluso ha llegado a ser el centro de mayor exportación de dos productos a nivel global, en distintos momentos (cacao y banano).
El petróleo en sus inicios se promovió como la panacea del progreso, el “oro negro”, con gobernantes de turno paseando barriles de crudo en desfiles. Lo cierto es que esa riqueza, más allá del verbo dogmático que se use para oscurecer la evidencia, se gastó por poquísimas manos.
Aunque duela decirlo, la realidad es que el Ecuador mantiene desde su origen una estructura oligárquica. Generar progreso real requerirá abrir los ojos y enfrentar muchos paradigmas que marcan la producción ecuatoriana, tópico tan de moda últimamente en los discursos.
OPINIÓN
Por Inty Gronneberg
Ecuador News
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