El país superó los 175,000 fallecimientos relacionados con el virus que pronosticaba la red de Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) poco después de que más de 150 prestigiosos expertos médicos, científicos, profesores y enfermeras entre otros firmaran una carta pidiendo a los líderes políticos un nuevo confinamiento para contener el virus.
“En este momento, estamos en camino de perder más de 200,000 vidas estadounidenses para el 1 de noviembre. Sin embargo, en muchos estados la gente puede beber en bares, cortarse el pelo, comer dentro de un restaurante, hacerse un tatuaje, hacerse un masaje y hacer otras miles de actividades normales, agradables, pero no esenciales“, escribieron en la misiva enviada el jueves a la Administración Trump, líderes del Congreso y gobernadores estatales.
Con hospitales al borde del colapso y demoras prolongadas en las pruebas, autoridades locales como los alcaldes de Houston, Sylvester Turner, y de Los Ángeles, Eric Garcetti, ya advirtieron sobre la posibilidad de una segunda orden que obligue a sus ciudadanos a quedarse en casa.
En los últimos dos días, cuatro estados han batido alguno de sus récords respecto a la enfermedad COVID-19.
California es ahora el estado con más casos registrados y el viernes, con 159 decesos, alcanzó el mayor número de muertes diarias relacionadas con el virus. Más de la mitad de los fallecimientos se han confirmado en el condado de Los Ángeles, el más poblado del país.
El mismo viernes, Georgia confirmó su récord diario con 4,813 nuevos casos de coronavirus. El sábado se registraron otros 3,787 nuevos contagios y hasta ahora, según la Universidad Johns Hopkins, el total asciende a 165,180.
Hawaii comunicó un máximo doble, al registrar dos días consecutivos el mayor número de contagios, con 60 positivos el viernes. Un día antes, había alcanzado los 55.
El triste récord de Florida tiene que ver con la edad de la muerte. La semana pasada, una niña de nueve años sin enfermedades previas se convirtió en la víctima mortal del virus más joven de un estado en el que, desde el 4 de julio, las hospitalizaciones por COVID-19 han aumentado en un 80%.