De vuelta al 2013
De vuelta al 2013
Cuando las autoridades hablan de una caída en el producto interno bruto (PIB), el primer mensaje que se envía es eso afectará el nivel de vida de los ciudadanos y trastocará el presupuesto familiar.
Sin embargo, las desigualdadades en el país y la dinámica de cada sector económico hará que impacto se sienta diferente entre los ciudadanos. Debido a la incertidumbre por la pandemia, lo único cierto es que la contracción económica será fuerte.
Las proyecciones van desde -7,3% hasta -10,9%, algo no visto en un siglo. El Banco Central del Ecuador, por ejemplo, maneja un escenario intermedio, con una caída del 8,1%. Si se toma como referencia este último dato, el país cerraría este año con un PIB de USD 66 000 millones de dólares en valores constantes y USD 96 500 millones en valores corrientes.
La primera cifra permite comparar cantidades de dinero en el tiempo, debido a que los dólares de hoy no son los mismos que hace cuatro o cinco años. De todos modos, ambas cifras evidencian que la producción ecuatoriana en este año retrocederá a los niveles que tenía el país en el 2013, cuando el PIB fue de 95 100 millones en valores corrientes y 67 500 millones en valores constantes. Entonces, el primer dato es que la producción ecuatoriana retrocederá siete años. Sin embargo, los habitantes serán más pobres que en el 2013, cuando el ingreso per cápita de cada ciudadano rondaba los USD 6 000.
Este ingreso resulta de dividir el PIB para la población . Hace siete años había 15,8 millones de habitantes, pero en la actualidad hay cerca de 17,5 millones. Es decir, los menores ingresos que tendrá el país -similares a los niveles de hace siete años- se distribuirán entre más personas. El ajuste económico ya se siente con una caída de la oferta y también de la demanda, producto del confinamiento y de la crisis que ya arrastraba el país de años atrás. Parte de ese ajuste se evidencia en la reducción de sueldos y el mayor desempleo y subempleo. Hace siete años, el salario básico era de USD 318 mensuales, excluyendo décimos y fondos de reserva. Actualmente está en 400 mensuales, pero el Ministerio de Trabajo emitió un acuerdo para reducir la jornada laboral y, por ende, los salarios hasta un 25%.
En este caso, los ingresos de quienes ganan el básico están más cerca de los registrados en el 2012. Pero todos estos años sube el costo de la canasta básica, lo cual acarrea un nuevo problema para las personas de menores ingresos, pues con un salario reducido el poder de compra cae.
La baja inflación en los últimos años, que incluso llegó a ser negativa en el 2018 es un punto a favor en medio de la crisis, ya que los artículos de primera necesidad no han subido mucho de precio. En aquello también ha influido el ajuste de la propia crisis fiscal.
Ecuador necesita acelerar la recuperación económica, pero eso dependerá de los acuerdos políticos y las medidas económicas que se puedan lograr en medio de la actual campaña electoral.
OPINIÓN
Por César Augusto Sosa
Columnista Invitado
www.ecuadornews.com.ec