UN DÍA PARA RECORDAR
UN DÍA PARA RECORDAR
Por definición de Naciones Unidas, o de un gobierno o una autoridad o inclusive de un gremio, o porque la costumbre lo establece, hay días dedicados a determinadas actividades o también a colectivos, a grupos específicos, con la idea siempre presente de recordar las fechas simbólicas que nos traen a tiempo presente un determinado evento, natalicio, efemérides o situación de dolorosa recordación.
La necesidad de recordar y seguir avanzando en los planteamientos y conquistas, hace muy importante la celebración del 8 de marzo como el día internacional de las Mujeres, que nos trae también a la memoria no solo las luchas de las mujeres trabajadoras en los Estados Unidos de Norteamérica, sino también las de las famosas sufragistas en ese país y en varios otros de Europa, la célebre memoria de la ecuatoriana Matilde Hidalgo, la primera mujer en ejercer el derecho al voto, no solo en Ecuador sino en América Latina, así como el martirio de las hermanas Mirabal, las heroínas de República Dominicana.
Solamente si conservamos la memoria de lo que fueron estas conquistas, esas luchas, vamos a entender el verdadero significado de lo que entraña ser mujer, de las dificultades enormes que hemos tenido que superar y de los pasos que nos han conducido, por ejemplo en la política a contar con una ley que consagra la paridad. Pero al mismo tiempo constatamos las inequidades salariales, el retroceso en temas como la educación y el acceso laboral por cuenta de la pandemia del Coronavirus, lo que debe hacer que se prendan las alarmas en todos los países y en los organismos que monitorean los datos estadísticos de cada realidad.
En esta recordación no podemos dejar de lado temas que son clamorosos, que debían ser superados mucho tiempo atrás, como la violencia doméstica, que sigue presente en infinidad de hogares y que en casos extremos llega al femicidio o también al embarazo adolescente, que tan tremendas secuelas deja en la vida y en la psiquis de madres-niñas de madres-adolescentes.
Las estadísticas son monstruosas y le colocan al Ecuador en un liderazgo del que no podemos por menos que sentirnos avergonzados como país y como sociedad y que hablan muy mal de como conducimos temas vitales.
Por ello es necesario que fechas conmemorativas como las del 8 de marzo, sirvan para la reflexión y saber cómo podemos alcanzar esa igualdad de opciones en todos los espacios para construir un mundo mejor y más equilibrado. El planeta no puede perderse el contingente de las mujeres en el mundo laboral, pero tampoco las mujeres debemos perder de vista el hecho de que necesitamos tiempo para nosotras mismas, para sustentar y hacer realidad nuestros sueños que rebasan ese mundo laboral y que van por el territorio de las realizaciones, de la práctica de las artes, por el equilibrio emocional, por el cultivo de la autoestima.
Si, el 8 de marzo es fecha importante, que debe estar en la memoria de todas las mujeres, pero también de los hombres, de los hijos y las hijas, de las generaciones anteriores, de las presentes y de las que están por venir.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
ExPresidenta Constitucional de la República del Ecuador
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