Movimientos políticos aspiran a tener 80.000 personas en las mesas de votación
Para ‘cuidar los votos’, movimientos políticos aspiran a tener 80.000 personas en las mesas de votación
En la carrera política por llegar a la Presidencia de la República, las alianzas UNES y CREO-PSC, que auspician las candidaturas de Andrés Arauz y Guillermo Lasso, preparan a sus “ejércitos” de simpatizantes o voluntarios para que ejerzan control electoral el día de las votaciones de la segunda vuelta. E incluso han hecho contrataciones de empresas extranjeras.
Para las elecciones de este 2021, el Consejo Nacional Electoral (CNE) designó a 277.263 miembros de las Juntas Receptoras del Voto (JRV), para integrar 39.915 mesas de votación en las 24 provincias y las tres circunscripciones del exterior. Ellos estarán en los 4.377 recintos electorales.
Para cubrir estos “frentes”, las dos alianzas políticas prevén enrolar a miles de ciudadanos afines, que observen el desarrollo del proceso electoral.
La aspiración es tener delegados por cada una de las 39.915 juntas, dotarlos de implementos de bioseguridad y alimentación para que permanezcan al menos doce horas: entre que empieza y finaliza la jornada electoral. Es decir, desde las 07:00 hasta que termine el conteo de votos por parte de las JRV.
En ese camino, UNES agrupó a unas 37.000 personas, según Enrique Menoscal, director nacional de Centro Democrático, que lidera esta coalición en conjunto con Fuerza Compromiso Social.
Según Menoscal, hasta el fin de semana pasado se capacitó a 37.000 personas para ejercer este control y en las próximas dos semanas que restan, antes del día de las votaciones, aspiran a llegar a las 42.000.
Pero a su vez, esperan que la organización que lleva a cabo el CNE no obstaculice el acceso de estos ciudadanos a los recintos, como había ocurrido en la elección del 7 de febrero pasado, cuando hubo aglomeraciones y filas.
El movimiento CREO también se alista, y según su presidente, César Monge, el objetivo es cubrir el 100% de las juntas.
“Para esa tarea se necesita un ejército enorme, que está integrado por un equipo con experiencia y dedicado al control electoral. Para ello trabajamos con la estructura de las organizaciones que apoyan al candidato, y esperamos contar con la sociedad civil”, dijo.
Ese “ejército” de delegados está conformado por 40.000 personas, aseguró Monge, que trabajaron también en la primera vuelta.
“Hemos asegurado que exista ese ejército y que esté debidamente capacitado en los diferentes territorios. Que tengan la capacidad, porque ellos nos ayudan a contar con el número de actas necesarias para, en el caso de que existan inconsistencias, poder impugnar los resultados”, explicó Monge.
Además de estos observadores, los movimientos políticos han implementado centros informáticos para recabar las actas de escrutinio y compararlas con las que tiene el CNE. Aunque los detalles los manejan con tacto.
UNES, por ejemplo, tiene su propio control informático a cargo de una empresa de origen español, contó Menoscal, aunque no recordaba su nombre.
“Nuestro control electoral lo manejan profesionales de España, porque se maneja un sistema para subir las actas de escrutinio, que es automático. Este reconoce el dibujo del número del acta y lo transforma en un dato”, explicó el político.
La plataforma obtiene información del mismo CNE y de las centrales de la alianza electoral en las provincias, que luego se concentra en Quito y Guayaquil, en donde trabaja una docena de personas, añadió.
Un centro de control informático similar también lo tiene CREO.
Aunque prefiere no ahondar en detalles, Monge describió que ahí llega la información que envían los delegados provinciales.
“Este trabajo se hace desde lo territorial, enlazado a un eje central. Ese recurso humano genera información que le sirve al equipo político y al candidato para ir cotejando”, añadió.
Estos sistemas se alimentan también de la información del Consejo Electoral, una vez que empiezan a ingresar los primeros resultados oficiales en el Sistema Informático de Escrutinios y Resultados (SIER).
Uno de ellos es exclusivo para uso de las organizaciones políticas, por lo que incluso el CNE les entrega una clave.
Nota Original: El Universo – LINK