La vida humana no tiene precio. La ONU-OEA y el COVID 19 en el mundo
La vida humana no tiene precio. La ONU-OEA y el COVID 19 en el mundo
Como uno más de los desaciertos tanto de la ONU (1945) como de la OEA(1948) creadas para morigerar las guerras y los abusos entre los estados. La ONU Según carta en su Art.20 para temas sanitarios o de salud, ordena: “Reunirse anualmente en sesiones ordinarias y, cada vez que las circunstancias lo exijan ” .Caso concreto, (La pandemia del CODIV 19, que se desarrolló y expandió en todas las latitudes del planeta en el mes de marzo del 2019, ya vamos a tener 2 años y no se han reunido ni la ONU peor la OEA para estudiar, analizar, dirimir y castigar a los países que han cometido este latrocinio universal con una pandemia creada entre pipetas y probetas de laboratorios ).
El Art. 13 de dicha carta dice: “Compete a la Asamblea General promover estudios y hacer recomendaciones; entre otros, para fines sanitarios o de salud. Por lo tanto, desde inicios del año 2019, debió reunirse en sesión extraordinaria, para disponer estudios y formular recomendaciones o normas para que los gobiernos de todo el mundo combatan este mal o paralicen la acción devastadora” Y, por tratarse de un asunto de vida o muerte para la humanidad y del planeta, abusando de la inmensa mayoría de la población mundial que viven en pobreza y como la India, África y Sudamérica, con pobreza extrema, etc.
Por otra parte, la OEA, en su Art. 21 expresa: “El territorio de un estado es inviolable, no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro estado, directa e indirectamente, cualquiera que fuera el motivo. Aun de manera temporal no se reconocerán las adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan por la fuerza o por cualquier otro medio de coacción”, de tal manera que ambas cartas protegen la integridad territorial y ciudadanía de los estados.
En este caso los estados afectados por el COVID 19 del mundo con medidas indirectas u otros medios de coacción, que deben ser juzgadas y penalizadas, en contra de los 198 estados del mundo. Esto se puede considerar como una guerra biológica, que las superpotencias buscan diezmar y reducir su población, lo que va en contra de las soberanías de los estados.
La OMS debe estar dirigida por un experto en salud, más no de personas improvisadas y de tendencias contrarias a la vida misma de la humanidad como es Tedros Adhanom Ghebreyesus de Etiopia (África), quien no es médico para que dirija este organismo internacional y además, atenta contra la salud de la humanidad. Mientras la mayoría de los países con sus representantes tratan de saciar el hambre de 7.400 millones de habitantes en el mundo, otros quieren aniquilarlos, reduciéndolos al 50% de estos habitantes.
La consigna real es salvar la vida de los ciudadanos cualquiera fuere su nacionalidad y condición social, pues, la vida humana no tiene precio.
OPINIÓN
Econ. José Arrobo Reyes PhDc
Presidente Colegio Diplomáticos del Guayas
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