El presidente Joe Biden culpó a su predecesor, Donald Trump, de la situación que llevó al retiro de las tropas de Estados Unidos de Afganistán, pero el exmandatario no se quedó callado y echó la culpa al demócrata, quien en medio de esas acusaciones cruzadas ordenó el envío de 5,000 soldados.
El despliegue de los miembros del Ejército no es una escalada contra los talibanes, quienes están a punto de controlar el país, sino para asegurar el retiro de todas las tropas y del personal diplomático.
“Con base en las recomendaciones de nuestros equipos diplomáticos, militares y de inteligencia, he autorizado el despliegue de aproximadamente 5,000 soldados estadounidenses”, indicó el presidente en un comunicado. “(Esto) para asegurarnos de que podamos tener una retirada ordenada y segura del personal estadounidense y otros miembros aliados, así como una evacuación ordenada y segura de los afganos que ayudaron a nuestras tropas durante nuestra misión y los que se encuentran en especial riesgo por el avance de los talibanes”.
Reportes de agencias, como EFE, indicaron que este lunes todo el personal diplomático estadounidense fue trasladado al aeropuerto de Kabul.
Biden defendió su decisión de retirar las tropas de Afganistán.
“Un año más, o cinco años más, de presencia militar estadounidense no habría hecho una diferencia si el ejército afgano no puede o no quiere mantener su propio país”, dijo Biden en un comunicado.
El demócrata agregó que la administración del expresidente Trump dejó a los talibanes “en la posición militar más fuerte desde 2001”, luego de retirar a 2,500 soldados antes de dejar el cargo e imponer una fecha límite del 1 de mayo de 2021 para retirar las fuerzas estadounidenses.
“Cuando asumí la presidencia, enfrenté una elección: cumplir con el acuerdo, con una breve extensión para sacar a nuestras Fuerzas y las de nuestros aliados de manera segura, o aumentar nuestra presencia y enviar más tropas estadounidenses”, dijo.
“Salió corriendo de Afganistán en lugar de seguir el plan que nuestra Administración le dejó, un plan que protegía a nuestra gente y nuestra propiedad”, afirmó el exmandatario. “(El plan) aseguraba que los talibanes nunca soñarían con tomar nuestra Embajada o proporcionar una base para nuevos ataques contra Estados Unidos. La retirada estaría guiada por hechos sobre el terreno”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, se sumó a las críticas de la Administración Trump.
Agregó que al no seguir esa decisión, los talibanes volverían a estar en guerra frontal co EE.UU.
“La ofensiva que están viendo en todo el país ahora para tomar estas capitales… habría comenzado, y habríamos estado de nuevo en guerra con los talibanes, y probablemente hoy estaría en este programa explicando por qué estábamos enviando decenas de miles de fuerzas estadounidenses”, indicó.
Monitoreo contra otro 9/11
Tanto el presidente Biden como el secretario Blinken hicieron énfasis en la vigilancia que EE.UU. mantendrá en el nuevo poder de los talibanes en Afganistán, para evitar un ataque similar a las Torres Gemelas en 2001.
“He ordenado a nuestras fuerzas armadas y nuestra Comunidad de Inteligencia que se aseguren de que mantendremos la capacidad y la vigilancia para abordar futuras amenazas terroristas de Afganistán“, reconoció el presidente sobre su segunda acción en la región.
El demócrata reveló instrucciones al Secretario de Estado, para la transición pacífica del poder en Afganistán, pero este domingo agencias internacionales, como The Associated Press, reportaron que el presidente Ashraf Ghani había huído del país tras el ingreso de los talibanes a Kabul, la capital.
“(Se les advirtió) que cualquier acción de su parte sobre el terreno en Afganistán, que ponga en riesgo al personal estadounidense o a nuestra misión allí, se enfrentará a una respuesta rápida y fuerte del Ejército estadounidense”, aseguró Biden.