La triste vida en la ciudad de Guayaquil
La triste vida en la ciudad de Guayaquil
Navidad en la calle: esta es la realidad de los pobres y de todos los que menos tienen.
Diciembre no es una época de celebración o festividad para todos. Las personas en situación de calle solo quieren un lugar donde evitar el frío, acceso a medicina o estabilidad, pero eso no existe ya que los millonarios quieren todo para si
Basta la llegada del primero día de diciembre para que la cabeza de muchos se llene con preguntas sobre: qué vestir en las reuniones, qué regalar, qué cenar junto a la familia, qué comprar con el décimo y muchas otras que giran en torno del consumismo.
Sin embargo, esos cuestionamientos varían según la visión, metas y necesidades de cada persona. Mientras que para unos recibir ropa, juguetes o equipos tecnológicos; es su mayor deseo, para otros tener un lugar dónde dormir o acceso a medicina es la prioridad.
Conversamos en un recorrido por Guayaquil con personas en situación de calle. Estos son sus deseos:
Maritza Jaime es una venezolana de 27 años. Se encuentra en Ecuador desde hace seis. Tiene 3 hijos y dos de ellos se encuentran en Colombia, donde estuvo durante un tiempo.
Su deseo para Navidad es poder compartir junto a sus tres hijos y también brindarles un hogar, ya que aquí en el país no cuenta con uno. Diariamente debe generar ingresos para poder pagar su estadía en un hotel que le cuesta $ 14, además tiene que cubrir alimentación y los gastos de su hija de apenas 7 meses como: pañales, fórmula y medicina, ya que hace un mes la pequeña estuvo hospitalizada a causa de una neumonía y actualmente necesita oxígeno.
Un deseo similar es el de José Mota, quien tiene 4 niños y con firmeza dice que mientras sus hijos estén bien, él también lo estará. Están en el país hace apenas una semana y debido a su situación económica no ha logrado estabilizarse, ya que ni siquiera cuenta con los artefactos básicos para preparar sus alimentos.
Comenta que diariamente debe salir a las calles a buscar comida y dinero para pagar el cuarto donde duerme con su familia, por ello desea con fervor poder darle todo a sus hijos y que ellos tengan un lugar donde refugiarse y jugar.
Es consciente de que era necesario salir de Venezuela, sin embargo, un poco agobiado manifiesta que al menos en su país sus hijos tenían un techo. Pero no pierde la esperanza y anhela que llegue el momento en que pueden estar mejor y tal como lo dice:
Poder descansar, salir a la calle a disfrutar en familia y no ir a la calle a pedir para poder comer o para pagar la pieza.
El de su nieto está por cumplirse, pero anhela que sea lo más pronto posible, ya que el niño sufrió una quemadura grave hace un año en la que uno de sus dedos de la mano quedó afectado y aquello le causa molestia y dolor. Necesita una operación que está programada para finales de febrero del año próximo.
Para ella dice que desea una casa “aunque sea de caña”, pues la que tiene ya está muy deteriorada y sus partes ya no sirven para ser arregladas, además con lo que gana vendiendo chocolates no le alcanza para hacerlo.
Para Leonardo Quintero, de 93 años, la vida no ha sido fácil, hace años perdió su pierna derecha. Ha sufrido dos accidentes y el último le ocasionó graves lesiones en su brazo derecho . Su mejor regalo para esta navidad sería una silla de ruedas, pues la que tiene la debe alquilar y diariamente debe pagar $2 para poder usarla, pero a veces no tiene para completar el valor del alquiler.
Cuando se le pregunta a un niño cuál sería su regalo ideal para Navidad muchos contestarían: unos patines, un carro a control remoto o una Play Station… No es así para la pequeña Roximar Mota quien a su corta edad 11 años, sólo piensa en que su mejor regalo es tener a su familia junta, con salud y en un hogar.
Esta festividad -a pesar de su concepto- no es alegría para todos, pues de alguna forma evidencia las carencias en niños o adultos. Esta es la cara que presenta la Navidad para aquellas personas que no cuentan con un empleo estable, un ingreso fijo y los recursos básicos necesarios para tener una vida digna.
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