Libertad provisional para la madre antivacuna
La huida a Portugal de la madre negacionista y el vídeo antivacunas que hizo grabar a sus hijos
Cristina fue detenida este miércoles tras presentarse en Sevilla con sus hijos después de dos meses desaparecida
Libertad provisional para la madre que llevó a sus hijos a Portugal para evitar que se vacunaran
Cristina M. C. se escondió con sus hijos en el municipio portugués de Aljezur para que el padre de los niños no pudiera vacunarlos. Hasta esta localidad del vecino Algarve le siguió el rastro la Guardia Civil con intención de detenerla y de devolver los niños con su padre, que llevaba más de dos meses sin verlos. La vigilancia se mantuvo a lo largo del martes en la misma calle donde se había localizado a la familia.
Los agentes esperaron durante toda la jornada a que se dejaran ver en la vía pública. Pero el día había salido lluvioso y no tuvieron noticia de la fugitiva ni de sus hijos, tal vez porque el ambiente era desapacible.
Este miércoles, a primera hora de la mañana, la mujer regresó a Sevilla con sus hijos para presentarse ante el juzgado de guardia. Convaleciente de una neumonía, según su abogado, Cristina se entregó directamente ante la Justicia con la confianza de que conseguiría evitar el trance de acabar en un calabozo. Sin embargo, la Guardia Civil la detuvo en la sede judicial y la trasladó hasta la Comandancia de Montequinto (Dos Hermanas), donde pasaría la noche antes de que el juez, el titular del juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, le tome declaración.
La autoridad judicial ha decidido este jueves que la madre saldrá en libertad con cargos y no podrá comunicarse con los menores tras comparecer ante el juez. El abogado del padre de los menores, Javier T., ha explicado a Efe que la autoridad judicial ha decretado además una orden de alejamiento de 300 metros.
Acababa así la huida a la desesperada de esta mujer, de 46 años, en su intento fracasado por evitar la inmunización contra el Covid-19 de sus hijos, influenciada por los movimientos antivacunas hasta el punto de renegar no solo de las fórmulas específicas contra el coronavirus sino de otros fármacos de similar naturaleza.
La madre había intentado previamente sin éxito convencer a la Justicia de que los riesgos de la vacuna contra el coronavirus son inasumibles para sus hijos, después de meses de mantener un pulso con el padre sobre el asunto.
Ante la determinación de éste de vacunar a los hijos cuando fuera posible, la mujer presentó una demanda judicial que perdió. De hecho, el juez concedió al padre la custodia única con carácter exclusivo a efectos de la vacunación contra el Covid y en relación a otras vacunas que tuvieran pendientes.
En el proceso, el Instituto de Medicina Legal de Sevilla había emitido un informe en el que certificaba que no había ninguna razón de salud que llevara a temer algún tipo de contraindicación para ninguno de los niños en relación a la vacunación.
La resolución judicial podía ejecutarse de inmediato y fue entonces cuando Cristina decidió irse con los niños a Jerez, para alejarlos de su padre, lo que suponía también que los niños dejaran de ir a clase en el Instituto de Educación Secundaria de Tomares (Sevilla) en el que están matriculados.
Por entonces, David K. aún podía hablar por teléfono con sus hijos, que no entendían del todo por qué estaban en Jerez y por qué ya no podían seguir con sus estudios.
El abogado de Cristina le envió un burofax en el que le avisaba de la decisión tomada por la mujer, que justificaba ante el temor de que los niños fueran vacunados sin su consentimiento.
El contacto en la distancia se mantuvo hasta mediados de diciembre, cuando fue una hermana de Cristina la que denunció la desaparición de la mujer junto a sus hijos.
El 16 de diciembre, el juez le había retirado temporalmente la custodia de los niños para dársela de forma exclusiva al padre.
Y, desde ese momento, David ya no pudo volver a contactar con sus hijos. Así ha pasado todas las Navidades, recuerda el abogado del padre, José Javier Toucedo. Incluido el día de Nochebuena que, según el reparto de los tiempos acordado antes de que se enturbiara la relación familiar, los niños debían pasar con su padre.
En algún momento de la escapada, la mujer habría grabado un vídeo de sus hijos en el que éstos supuestamente manifiestan que no quieren ser vacunados. El letrado de David, José Javier Toucedo, concede a ese documento muy poca credibilidad y recorrido judicial, pues se trata de un testimonio recogido tras someterse a los niños a una presión emocional insoportable, aislados de sus amigos, de su padre y del resto de sus familiares. Y huidos de su país.
Posteriormente, los menores, ya junto a su padre, habrían relatado que recibieron instrucciones sobre lo que debían decir y cómo.
El abogado de la mujer, Borja Gómez Martínez-Fresneda, considera «inhumana» la detención de la Cristina, habida cuenta de que esta se había presentado voluntariamente ante el juez y había entregado a sus hijos. Recuerda que la mujer está convaleciente y que así se le ha hecho saber al juzgado en el escrito enviado previamente a su presentación ante la Justicia.
Considera, además, que el delito de sustracción de menores solo se produce en situaciones no justificadas. Y, en este caso, la oposición de la madre a la vacunación constituye una «justificación razonable».
Sin embargo, José Javier Toucedo recuerda que el juez ya resolvió en favor de que sea el padre quien tome la decisión sobre la vacunación y, por tanto, la justificación no es aceptable desde el punto de vista jurídico.
Cristina se ha convertido, que se conozca, en la primera madre en España que huye con sus hijos para evitar que sean vacunados contra el Covid. Eligió para esconderse de la Justicia un pueblo blanco del Algarve portugués, de origen árabe, con un puerto bullicioso que en el pasado fue refugio de navegantes en la ruta hacia América y hoy es un destino turístico envidiable. Allí, también tomó la decisión de poner fin a su huida sometida a la presión de los medios de comunicación tras conocerse su caso y al seguimiento de la Guardia Civil.
REPORTAJE
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