Frank Nervo, juez de la Corte Suprema estatal, falló en contra de los planes para un cambio de zonificación que allanaría el camino a la extensión permanente de comedores al aire libre en NYC.
El caso llegó a la Corte Suprema porque algunos vecinos formaron una coalición y presentaron una demanda, alegando que la ciudad no siguió los pasos correctos requeridos por la ley, después de que en una audiencia pública de un día el Concejo Municipal aprobó cambios de zonificación en febrero que permitirían la extensión de restaurantes a calles y aceras de manera indefinida.
En 2020 se creó el programa temporal de comidas al aire libre por orden del entonces alcalde Bill de Blasio, para compensar las pérdidas de espacios de los restaurantes debido al distanciamiento social impuesto por el coronavirus.
Shannon Phipps vive en Williamsburg y una de las demandantes contra la extensión permanente de la medida. La demanda citó problemas de ruido, saneamiento y medio ambiente. “Usen datos para tomar decisiones y no un grupo de presión. El Concejo de la Ciudad de Nueva York se estaba dejando llevar”, declaró a Pix11.
El fallo del juez de la Corte Suprema estatal criticó a la ciudad y dijo que se requiere un estudio de impacto ambiental. “La afirmación escueta del demandado de que no se puede atribuir al programa ningún impacto significativo en el ruido o el tráfico es arbitraria y caprichosa considerando la evidencia clara de que las quejas por ruido han aumentado”, argumentó Nervo.
Su medida no cambia de momento las estructuras existentes, que pueden permanecer en su lugar hasta fines de 2022.
“Creemos que la revisión ambiental realizada para el programa fue adecuada y sólida. Estamos evaluando las opciones legales de la ciudad”, dijo un portavoz tras el fallo del juez.
NYC Hospitality Alliance, grupo industrial que antes de la pandemia representaba a más de 24,000 negocios con unos 325,000 empleados en establecimientos de comida y entretenimiento nocturno en los cinco condados, emitió una declaración:
“Imaginamos que la ciudad apelará esta decisión y nos uniremos a la lucha para garantizar que se pueda establecer un programa de comidas al aire libre más justo y equitativo que incluya a tantos vecindarios y pequeñas empresas que el sistema de cafeterías en las aceras dejó fuera antes de la pandemia”.
La pandemia dejó un gran cambio en el paisaje urbano, reduciendo las aceras, estacionamientos y calles a favor de establecimientos de comida, con estructuras improvisadas que han generado más basura, ratas, ruido, indigencia y tráfico del que ya NYC estaba acostumbrada.
El pasado 18 de junio el DOT determinó que si el programa de restaurantes ampliados al aire libre entraba en vigencia de manera permanente, no tendría un efecto ambiental negativo en los residentes. Ello le permitió a la ciudad eludir un proceso de revisión pública normal para evaluar completamente los impactos que tiene la medida y eludir las leyes de rezonificación, afirma la demanda de los vecinos.