La pesadilla de Brooklyn causó casi 30 heridos.
La pesadilla de Brooklyn causó casi 30 heridos, pero pudo acabar en una tragedia mucho mayor
Con el principal sos- pechoso ya detenido, los neoyorquinos vuelven poco a poco a recuperar la norma- lidad después del ataque perpetrado el pasado martes por Frank James en una estación de metro. La mañana de terror que se vivió en Bro- oklyn terminó con casi una treintena de heridos, en uno de los mayores ataques contra el sistema de transporte público de la ciudad. Pero a nadie se le escapa que podría haber acabado en una tragedia mayor. Los agentes de policía que acu- dieron hasta la estación de metro de la calle 36, en el barrio de Sun- set Park, llegaron a recuperar hasta 33 casquillos de bala en la escena del ataque, lo que permite hacerse una idea de la magnitud del daño que pretendía causar el acusado con su pistola semiautomática Glock de 9 milímetros. El día ante- rior a los disparos, el arrestado había grabado un vídeo en el que aseguraba que deseaba «ver gente morir». Que tenía intención de matar lo demuestra también la cantidad de balas que llevó Frank James al metro. Según las autoridades, ade- más del cargador que fue encontrado en la pistola que usó para disparar, la policía localizó un segundo cargador en el suelo del vagón de metro y otro en la mochila que dejó abandonada en el momento de su huida, de tal manera que todavía tenía a su dis- posición otras 57 balas para provocar una carnicería. «Afortunadamente, gracias a Dios nadie murió este martes. Es realmente un milagro», afirmó el
presentador de televisión Trevor Noah un día después del ataque. «Es una suerte que la pistola se terminase encasquillando, porque podríamos haber acabado con gente muerta y mucha más en el hospital», manifestó, por su parte, uno de los pasajeros del metro que fue testigo de lo ocurrido esa maña- na.
GRANADAS DE HUMO Las escenas de la gente salien- do entre gritos del vagón repleto de humo y de los pasajeros heridos ensangrentados tirados en el piso del andén no serán fáciles de olvi- dar para los neoyorquinos que tuvieron la mala fortuna de encon- trarse ese día en el metro. Pero una serie de circunstancias que aún siguen siendo investigadas por la policía permitieron que la mañana de terror que se vivió en Brooklyn no acabase en una tra- gedia mucho peor. «Si el arma no se hubiese encasquillado, la probabilidad de que alguien hubiese acabado muer- to era muy alta», afirmó al New York Times el detective Paul DiGiacomo, presidente de uno de los sindicatos de policía más gran- des de Nueva York.
También contribuyó a evitar una tragedia mayor el humo que se esparció por el vagón y el andén. «Las granadas de humo que detonó hicieron que incluso él no pudiera ver bien», añadió. Frank James sigue bajo arresto y sin derecho a fianza tras la lectura de los cargos durante una audiencia que tuvo lugar en la tarde del jue- ves en un tribunal federal de Brooklyn. La fiscal encargada del caso lo acusó de haber abierto fuego «de manera aterradora» en contra de los pasajeros del vagón del metro. «El ataque fue premeditado, cui- dadosamente planeado y causó terror entre las víctimas», afirmó la fiscal Sara Winik. Durante la audiencia, en la que se le asignó un abogado de oficio, James fue acusado por la fiscalía de un cargo por haber efectuado un «ataque violento de tipo terrorista» en contra de un medio de transporte público. El detenido no hizo una declaración de culpabilidad y se enfrenta a una condena máxima de cadena perpetua en caso de ser encontrado culpable durante el juicio. Pocas opciones tiene el arres- tado de salir bien librado de este ataque que desató una cacería de más de 24 horas que terminó con su detención en la tarde del miér- coles en el barrio East Village de Manhattan.
«Soy Frank, soy la persona que están buscando. Me sorprende que hayan tardado tanto», aseguraba mientras era esposado por uno de los agentes. Poco antes, él mismo había llamado para entregarse voluntariamente.
Sus motivaciones siguen sin conocerse, pero las autoridades ya investigan los vídeos que publicó en YouTube meses antes del ata- que. En uno llegó a decir que hacían falta más tiroteos masivos en el país y en otro reconocía que estaba lleno de «odio, ira y amar- gura». Incluso mencionó expresamen- te la situación en el metro: «¿Qué está pasando con la situación de los sin techo? (…) tendría que haber sacado una pistola y empezar a disparar».
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