Uso de mascarilla causa polémica
Aunque han pasado más de dos años desde la aparición del terrible covid-19, aún el mundo no se repone completamente. Se sigue discutiendo sobre el comportamiento de las personas para seguir enfrentando al “invisible enemigo”.
Las cifras de contagios y muertes siguen en descenso, lo que llama al optimismo, pero aún el peligro es latente para todos, especialmente al tener en cuenta que el virus causante del problema tiende a mutar a medida que pasa el tiempo. Entonces las investigaciones existentes hay que considerarlas de nuevo para establecer a qué se enfrenta la humanidad.
En los actuales momentos, la gran discusión consiste en si debemos abandonar la práctica de la mascarilla, que junto al lavado de manos es la clave de la prevención. De acuerdo con los especialistas, lo anterior ha sido muy importante, por lo cual algunos sectores no entienden la nueva reglamentación, de no usar la mascarilla en algunas condiciones externas.
Inclusive en Nueva York, la polémica ha sido bastante fuerte. Mientras las autoridades locales de salud consideran que debe usarse aún a temprana edad, el alcalde Eric Adams está en desacuerdo, originándose la confusión entre los neoyorquinos. Los educadores y los padres de familia, por ejemplo, ignoran qué debe hacerse, si utilizarla o no.
Ecuador está también en medio de un mar de opiniones, al igual que otros países. Lo irónico es que China, donde apareció el virus y donde se suponía que estaban muy avanzado en la batalla para erradicarlo, está regresando a las medidas iniciales, incluyendo el confinamiento.
Todo parece indicar que la dificultad en algunas zonas es directamente proporcional al número de personas que no se han vacunado. Un fenómeno complicado, porque hay quienes se niegan a entender que esta es la mejor manera de protegernos. Como quiera, las leyes no puede forzarlos a recibir cualquiera de las vacunas existentes, por lo menos hay estrategias para “motivarlos”, por ejemplo, no permitirles abordar un avión comercial.
Para mencionar a China de nuevo, existe la gran posibilidad de que la presión sea más fuerte, o sea, que no vacunarse constituye un delito. Por lo pronto, las consecuencias económicas son muy altas y lamentablemente hay que unir a los países que tienen un fluido comercio con ellos.
En Estados Unidos, acorde al sistema legal, cada estado, ciudades y condados flexibilizan o eliminan en su mayoría los mandatos sobre el uso de mascarillas en espacios cerrados, que prácticamente es un gran paso después de haber abierto muchos espacios comerciales.
Para Nueva York, tomando como fuente a Andy Marcowitz de AARP, la gobernadora Kathy Hochul anunció que la orden a nivel estatal de utilizar mascarillas se levantaría el 10 de febrero. Anteriormente, usarlas era obligatorio en espacios públicos cerrados donde no fuera requisito estar vacunado. El uso de mascarillas seguirá siendo obligatorio en el transporte público, así como en escuelas y establecimientos de cuidado infantil, centros de atención médica, hogares de ancianos, refugios para personas sin hogar y otros “entornos susceptibles” a la transmisión de la covid-19.
Precisamente sobre este mandato ha sido la polémica que, repetimos, ha confundido a los neoyorquinos. Nuestro consejo es que cada uno asuma su responsabilidad de acuerdo a lo que su conciencia lo diga. Un refrán popular señala que “es mejor que sobre y no que falte”. Entonces el uso de mascarilla sería importante si creemos que así podríamos salvarnos y salvar a otros.
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