A los pocos días de que se registrara el primer caso de COVID-19 en Nueva York, en los momentos más oscuros de 2020, voceros de la Asociación de Enfermeras del Estado de Nueva York (NYSA) temía que ni los hospitales públicos, ni privados, tenían el personal sanitario suficiente para hacer frente a una emergencia mayor. Dos años después, el tiempo no solo les dio la razón, sino que hoy pueden exhibir que ganaron, por lo menos, pequeñas batallas para mejorar sus condiciones laborales.
“Por primera vez en años no estamos luchando contra los recortes en el presupuesto de atención médica. Las propuestas de la gobernadora Kathy Hochul tienen como objetivo aumentar la fuerza laboral de atención médica en un 20% durante los próximos cinco años”, aseguró Pat Kane, líder de NYSA, en un comunicado.
Durante décadas, este gremio se ha quejado de la cantidad limitada de profesionales de enfermería en los centros de salud, pero la dolorosa “pesadilla” de la pandemia y la ya conocida saturación de la salas de emergencias, fue un argumento muy poderoso para que se volteara más seriamente la mirada a este sector.
Además, la crisis de salud pública quitó el velo a una realidad: no siempre trabajan con las protecciones de bioseguridad adecuadas.
Por ejemplo, cuando Nueva York entró en emergencia en 2020 por el “nuevo virus”, el 65% de las enfermeras reportaron, que al principio de la crisis, se vieron obligadas a rehusar las mascarillas N95.
Se requieren más enfermeras
Aunque este año de recuperación postpandémica celebran como gremio “algunas luces” en el presupuesto estatal, los líderes de NYSA consideran que el “mal crónico” de la escasez de personal está muy lejos de aliviarse.
“Para cumplir sus objetivos del Presupuesto Ejecutivo 2023, de aumentar la atención médica en un 20% y abordar las desigualdades raciales y sociales en el sistema de salud, el Estado debe aumentar sustancialmente la fuerza laboral de enfermeras en la actualidad”, insiste Kane.
De acuerdo con algunos balances de NYSNA, aún es necesario que aumente el reclutamiento, mejoren las políticas salariales para retener a estos trabajadores esenciales y se revisen las condiciones de trabajo.
En este sentido, la gobernadora Kathy Hochul confirmó una inversión histórica plurianual en atención médica de $20 mil millones, en el presupuesto del año fiscal 2023, que incluye una bonificación especial para los trabajadores de la salud para “equilibrar” los bajos salarios.
El presupuesto se dividirá en varias categorías diferentes, con un punto de enfoque en la creación de mejores condiciones para esta fuerza laboral esencial.
Sin embargo, estos pasos no se traducen necesariamente en cambios estructurales en lo inmediato. Así lo resume la enfermera colombiana, Nancy Castaño, quien ha ejercido sus labores durante 18 años en un hospital en Queens: “la pandemia desnudó que estábamos desprotegidos, que Nueva York nos necesita con más protecciones, que somos muy pocos y que tienen que considerar contratar más profesionales de la salud !Eso ya es bastante!”.
En el caso específico de la Gran Manzana, la cantidad de enfermeras ha disminuido a niveles más bajos que los observados antes de la pandemia.
En el norte del estado de Nueva York, la tasa de puestos vacantes en los hospitales es del 13.5%, el doble de lo que era antes de la pandemia, precisó a medios locales Gary Fitzgerald, presidente y director ejecutivo de Iroquois Healthcare Association, una organización de atención médica.
Por su parte, el razonamiento de Teresita Alvarado, una enfermera dominicana de El Bronx también es muy simple: “hay muchos tipos de enfermeras, las que no están sindicalizadas, las de los hospitales públicos que tienen contratos distintos. Son realidades muy diferentes. Un par de compañeras se fueron cuando les ordenaron vacunarse.Otras buscando mejores ingresos”.
Enfermeras en el comité de dotación de hospitales
Desde este año 2022 está vigente en Nueva York la ley S.1168-A/A.108-B, la cual exige que las enfermeras deben ser incluidas en los comités que establecen la dotación de personal de los hospitales.
Históricamente este gremio estaba fuera de esa conversación.
A la luz de esta legislación, representantes de enfermeras profesionales y auxiliares sindicalizados de cada centro hospitalario, tienen el derecho de supervisar los planes de dotación de personal como las matrices o cuadrículas que indican cuántos pacientes se asignan a cada enfermera y el número de personal auxiliar en cada unidad.
¿Qué propone la NYSNA para retener a personal de enfermería?
- Corregir la propuesta del recién creado bono de retención para incluir a todos los enfermeros.
- Ofrecer más facilidades de matrícula y condonación de préstamos para la formación en el área de enfermería.
- Ampliar la capacidad de las escuelas de enfermería.
- Establecer programas de residencia y preceptoría para apoyar al nuevo personal de enfermería.
- Implementar y cumplir estándares mínimos de enfermedades infecciosas en los lugares de trabajo de atención médica.
- Clasificar al coronavirus como una enfermedad ocupacional para reclamos de Compensación de Trabajadores.
Sobrecarga de trabajo:
- 1 de cada 3 enfermeros han dejado los centros de salud de NY por la sobrecarga laboral.
- 8 pacientes en promedio por ley debe atender cada enfermero.
- 20 y hasta 30 pacientes están atendiendo muchos enfermeros.