EL USO DE LAS ARMAS
EL USO DE LAS ARMAS
Las recientes tragedias ocasionadas por los tiroteos en escuelas en diferentes estados de los Estados Unidos ponen de relieve una vez más, que la posesión de las armas debe ser regulada, que no es posible que se encuentren en manos de personas inescrupulosas o desquiciadas, que las usan a mansalva, matan o hieren a niños, a maestros, a personas que realizan sus actividades diarias.
Y no estamos hablando del horror de las guerras, de las que se viven en los actuales momentos, como la de Ucrania, que tantas vidas han costado y que son injustificables y horrendas; en esta oportunidad hemos querido referirnos a la posesión de las armas por civiles, por personas que las adquieren de manera libre, en una tienda, como quien va a un supermercado y que luego las usan para atacar a inocentes.
Por supuesto que no se trata solamente de pensar en que se debe regular la venta, la posesión, el uso de las armas, sino que también hay que abundar en la clase de educación que las personas están recibiendo, en el mundo desquiciado que hemos creado, que arroja resultados tan espantosos, que casi no podemos dar crédito a lo que las noticias nos traen, al saldo tan doloroso de víctimas, a la pesadumbre sin mengua de las familias de las víctimas.
También nos angustia la posesión de armas por parte de delincuentes callejeros, de aquellos que asaltan en las esquinas, que se agazapan en la obscuridad para dar un zarpazo, a quienes van en motos o en vehículos previamente robados para cometer fechorías que atentan contra la vida y las posesiones de las personas.
Nos angustiamos ante el uso de las armas por las pandillas, por los narcotraficantes que siembran su semilla del mal en las mentes y los cuerpos de niños y niñas cada vez más pequeños, que caen en sus garras, que son sujeto de sus perfidias y acosos.
Y también pensamos en las enormes cantidades de armas que están en manos de los carteles de la droga y del terror, y nos angustiamos por todos estos casos en que alguien está ganando dinero con su producción y su comercialización, por ello hay que ir a los temas de legislación, de educación, de acuerdos internacionales, de una reingeniería de lo que los seres humanos hemos construido, una especie de Frankestein del horror.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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