Dentro de las 10 peticiones de la Conaie, uno de los puntos más importantes es la reducción de los precios de los combustibles. Los pedidos exigen que el costo del diésel baje de $1,90 a $1,50 y la gasolina extra y Ecopaís de $2,55 a $2,10, es decir, 0,40 y 0,45 centavos respectivamente. No obstante, el presidente Guillermo Lasso decretó que la reducción del precio será de 0,10 centavos para cada combustible. Fausto Ortiz, exministro de Economía y Finanzas comentó que “esta decisión da un mensaje claro y es que el Gobierno trata de acercarse a la propuesta del movimiento indígena”.
El país consume cerca de 1.400 millones de galones diésel y 1.200 millones galones de extra y ecopaís. Con la reducción de precios, según el Ministerio de Economía y Finanzas, la pérdida para el Estado sería de USD 226 millones. Por su parte, Ortiz estimó que serían “más de USD 260 millones que el Estado dejaría de recibir en ingresos”. Precisó que, si se disminuye el precio de los combustibles, el consumo y el contrabando aumentarían.
Con esta deuda que se generaría, Ortiz explicó que “el Gobierno no podría gastar dicha cantidad en otra obra y se tendría que aumentar un impuesto”. Además, esto podría afectar la capacidad de generar empleo porque el país se enfrentaría a un déficit fiscal y surgiría la “necesidad de buscar financiamiento en mercados internacionales con más de un 15% de interés”, añadió.
Ortiz explicó que considerando que la reducción de “0,10 centavos dan USD 260 millones de pérdidas en ingresos”, si se cumple con la petición de la Conaie, esos “0,40 centavos representarían una pérdida más grande”. Sin embargo, mencionó que una posible solución sería “subsidiar el combustible y pagarlo con deuda”. Recalcó, además, que se requiere un “compromiso que asegure que los recursos estarán dirigidos a los sectores que más lo necesitan”.
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