El presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, Carlos Cárdenas, precisó que el estado del sistema de salud no es grave, “es una situación al borde de la muerte”. Manifestó que, antes de que inicie el conflicto, su gremio mantenía diálogos con el Gobierno para garantizar que los pacientes reciban oportunamente medicación, insumos, prótesis y que los hospitales estén equipados. Recordó que, en el Hospital Pablo Arturo Suárez y en el de Calderón hay 900 cirugías represadas por falta de insumos y ahora, con el inicio de las movilizaciones, la situación se ha agudizado.
“El pedido urgente a nuestros compatriotas indígenas, es que se identifiquen con lo que quieren hacer. El asunto está muy claro ¿Están defendiendo los derechos de la gente más vulnerable o está aupando extraños intereses?”, cuestionó.
Cárdenas indicó que, por las movilizaciones, “hay hospitales, unidades operativas que no pueden trabajar, ambulancias donde se han muerto pacientes y la emergencia en Cuenca”. “Los supuestos defensores del pueblo no dejan pasar, no permiten que estos insumos, que los pacientes o que los médicos, lleguen hasta las unidades operativas para poder atender a la gente que necesita”, criticó.
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