¿QUIÉN PAGA LA CUENTA EN EDUCACIÓN?
¿QUIÉN PAGA LA CUENTA EN EDUCACIÓN?
La paralización de las actividades por las manifestaciones violentas ocurridas a lo largo de 18 días ha sido analizada desde diversos ángulos, sobre todo los que tienen que ver con la economía, con referencia a los costos que se dan en el sector productivo, con el cierre de comercios, interrupción de exportaciones, frenazo al turismo, destrucción de bienes, entre otros que podríamos mencionar.
Sin embargo, en este comentario, queremos referirnos a un área que se deja de lado en los sesudos análisis, pero que tiene una enorme repercusión en lo social, ya que incide en la realidad de las personas tanto hoy como en el futuro.
Esa área tan importante es la que tiene que ver con la educación, con la concurrencia de niños y jóvenes a sus clases. Nuevamente, como lo ocurrido en el año 2019 y durante los dos largos años de la pandemia, el sector más afectado es el de la educación, con el cierre de los establecimientos educativos que en aras de precautelar la seguridad de estudiantes y de profesores, deciden que los miembros de la comunidad educativa se queden en sus casas y que atiendan a clases a través de modalidades digitales.
Todos sabemos que no en todos los hogares se tienen facilidades tecnológicas, que la preparación de los maestros, en la mayor parte de los casos, no es satisfactoria para dictar sus clases online y que la socialización de los niños y jóvenes requiere del natural intercambio entre pares, que tan fundamental es para su desarrollo, por lo que esta nueva paralización tiene una incidencia directa en los estudiantes.
En el régimen sierra estamos prestos a culminar el año lectivo, un año lleno de tribulaciones y de interrupciones que con seguridad van a tener efectos negativos en el rendimiento escolar, en los conocimientos que se dejan de adquirir, en las relaciones que no se procesan de manera adecuada.
Los costos son enormes, difíciles de cuantificar. La pregunta está a flor de piel. ¿Quiénes pagarán esta cuenta? Con seguridad no serán los protagonistas de los paros violentos, ni las autoridades del área. Serán los propios niños y jóvenes y sus familias quienes tendrán que enfrentar los vacíos que la falta de la concurrencia a las aulas ocasione.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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