EL CLIMA NO ES COSA DEL MAÑANA
EL CLIMA NO ES COSA DEL MAÑANA
A lo largo de los últimos veranos, cada vez vemos mayores récords en las altas temperaturas que los medidores registran y las personas sufren. Así los termómetros nos dicen de más de 40 grados en España, en Inglaterra, en los Estados Unidos y más de 46 en países como Arabia Saudita, en estos mismos momentos. Inclusive en el Ártico se registran calores extremos, con picos de 38 grados.
Estas altas temperaturas y extremos climáticos tienden a acentuarse, causando una serie de catástrofes que van desde inundaciones graves en algunas regiones hasta procesos de desertificación en otras, movilización de personas porque las cosechas se pierden y presión demográfica en ciudades que ya no resisten más el aumento poblacional.
El accionar político, sin embargo, deja mucho que desear, las urgencias de la pandemia, la guerra, las crisis económicas, como que han relegado a un segundo plano a las medidas que deben tomar los países si quieren enfrentar con éxito los peligros que entrañan los cambios climáticos y las graves consecuencias que de ellos se derivan.
Las políticas de los gobiernos en la mayor parte de los casos son erráticas y no aportan con las soluciones reales que cambien la matriz energética de los países manteniéndose la dependencia de los combustibles fósiles.
Por otro lado, tampoco los individuos, responsables por sus comportamientos personales y colectivos, demuestran la cordura que sería necesaria y nos avocamos a seguir contemplando una cultura del desperdicio y despilfarro sin que se vean posibilidades de enmienda en el corto ni en el mediano plazo.
Ojalá no despertemos de este marasmo ambiental en forma abrupta y catastrófica cuando ya no se puedan tomar medidas y ejecutar acciones para modificar lo que ocurre. Por ello insistimos en que el clima no es cosa del mañana tan solo, es del hoy, el aquí y el ahora.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador