LA VERDAD Y OTRAS MENTIRAS
LA VERDAD Y OTRAS MENTIRAS
Controlar la información y el debate público es uno de los objetivos de quienes creen en formas autoritarias del poder.
Para ello, suelen establecer procedimientos de censura, control de fuentes o monopolización de medios; todo suele disfrazarse con objetivos aparentemente beneficiosos, como garantizar el derecho a la veracidad de la información; lo que no se dice es que la verdad pasa a ser la verdad de quien tiene el poder.
La imposición de “verdades” oficiales es difícil en una sociedad en la que existe multiplicidad de fuentes, sin importar qué se dice, quién lo diga y cuántos compartan se somete a revisión y puede ponerse en evidencia la mentira y las inconsistencias que suelen estar asociadas a una falsedad; incluso la más elaborada falsedad puede ser descubierta, cuando existe la posibilidad de discutir las historias, los relatos; algo incompatible cuando
existen entes oficiales definiendo qué es verdad.
La historia reciente es pródiga en ejemplos de búsqueda de imposición de una “verdad” contraria a los hechos. Seguramente el episodio que mejor da cuenta de esto fue el intento de convertir al 30 de septiembre del 2010 en una jornada patriótica de defensa de la democracia, de resistencia ante un intento de golpe de Estado planificado; cuando en realidad era la acción de un irresponsable que costó vidas humanas.
La “verdad” oficial fue desmontada por las contradicciones fácticas. No importó que el Estado use todo su poder para difundir su versión o callar y provocar miedo a quienes cuestionaban la versión oficial, la diversidad de fuentes e información lo neutralizó, mostrando las fisuras en un historia montada.
Los mismos que promovieron la historia del 30-S y sus nuevos aliados, intentan establecer nuevamente un control de la información. La Asamblea aprobó un proyecto de Ley que se construye a partir de idea de que el Estado garantice “la verdad” y no el derecho a información, diversidad de fuentes o responsabilidad ulterior. Ponen en evidencia sus sueños autoritarios; con un poco de poder, quieren crear las condiciones para decirnos qué debemos saber, leer, mirar, creer y opinar.
OPINIÓN
Por Farith Simon
Especial para Ecuador News
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