DE AVESTRUCES, DELFINES Y TIBURONES
DE AVESTRUCES, DELFINES Y TIBURONES
Tuve ocasión de conocer al Profesor Robert Livingston, uno de los más relevantes expertos en racismo de la Universidad de Harvard, quien escribió el libro “La Conversación”. La premisa es que no es posible solucionar un problema social trascendente, sin reconocer que dicho problema existe y poder conversar sobre el mismo, a fin de lograr soluciones a comportamientos que implican la condena de grupos enteros de nuestras sociedades a la inequidad, la pobreza, la discriminación y el ostracismo. Me impresionó mucho la enorme divergencia entre quienes creen que existe un problema, como el racismo en nuestras sociedades, y quienes niegan su existencia.
Livingston analiza este dilema y define que hay tipologías de conductas y las ejemplifica en tres casos del reino animal, metafóricamente hablando. Las avestruces, que consideran que no es un problema que les impacte, preocupadas de otras realidades que les afecta y no están dispuestas a comprometerse en la solución de este, o cualquier otro problema de sus comunidades. El otro grupo son los delfines, que son la gran mayoría, a los cuales si les interesa la solución del problema de la justicia social y la necesidad de cambios de comportamientos, para encontrar equilibrios que permitan caminar juntos en la búsqueda de soluciones a los complejos problemas sociales que nos aquejan. Por último, están los tiburones, que están buscando dominar, imponer, jerarquizar y explotar. Estos últimos son vehementemente racistas y miran a los demás como seguidores de su liderazgo. Esa cadena de dominación debe romperse mediante mecanismos que nos permitan entendernos por el bien común.
Las sociedades del mundo deben comprender que es vital enseñar a sus integrantes a encontrar soluciones mediante la conversación civilizada y el uso de instrumentos de resolución de crisis y conflictos, sino estarán condenadas a perpetuar las inequidades y la discriminación, que les llevarán a las puertas de confrontaciones, violencia, destrucción y sangre.
OPINIÓN
Por Canciller Luis Gallegos Chiriboga
Ecuador News
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