La cabinas y mesas en espacios exteriores puestas en más de 12,500 restaurantes en los cinco condados, que desde el inicio de la pandemia se convirtieron en parte del paisaje urbano de la ciudad de Nueva York, han sido también manzana de la discordia.
Y mientras dueños de restaurantes y trabajadores las defienden como el salvavidas que rescató sus ingresos, y algunos vecinos y líderes comunales siguen pidiendo a gritos que les pongan fecha de caducidad, autoridades municipales comenzaron este jueves a tumbar cubículos descuidados o abandonados.
El propio alcalde Eric Adams, con chaleco puesto y casco de construcción, tomó una porra de hierro para tumbar una de esas infraestructuras en la calle 32 con 5 avenida, en Manhattan, tras anunciar que esa será la suerte que de ahora en adelante correrán aquellas cabinas que no sigan la ley al pie de la letra.
“Muchos de estos sitios se han convertido en lugares para orinar, porque yo mismo lo he podido oler, y no fueron creados para eso”, aseguró el alcalde Adams, tras revelar que tan solo durante esta semana se tumbaron ya un total de 25 unidades exteriores que están en desuso o que se han vuelto en refugio de roedores y cucarachas, baños públicos y hasta sitios para tener sexo al aire libre.
El anuncio del mandatario municipal se da justo cuando avanza una demanda en la corte para que el programa conocido como “Open Restaurants” se termine por completo, pero el burgomaestre fue claro en advertir que por ahora los comedores en espacios exteriores continuarán funcionando, pero no tolerarán las unidades descuidadas que no se apeguen a las normas.
“Los neoyorquinos aman comer afuera, pero tenemos que hacerlo de manera correcta, segura y respetuosa con nuestros vecinos”, comentó Adams, advirtiendo que varias agencias de la Ciudad estarán vigilando a aquellas cabinas que no cumplan los requisitos para tumbarlas. “Esta iniciativa salvó 100 mil trabajos, a cocineros, meseros, bartenders, ayudantes de meseros que pudieron hacer dinero para sostener a sus familias, y por eso este plan estará aquí, pero vamos a hacerlo bien. Nosotros no operamos de 9:00 a 5:00, no somos Portland; somos la ciudad que nunca duerme, de hecho ni siquiera tomamos una siesta”.
El alcalde también hizo un llamado a los neoyorquinos para que se sumen a la tarea de meter en cintura a los negocios que tienen unidades exteriores descuidadas o que están siendo utilizadas para otras labores o como sitio de actos contra la ley y pidió tomar fotos y enviarles por mensaje de texto a la línea 311 o llamar, para tomar correctivos inmeditos.
“Vamos a asegurarnos de que estas obstruccione no existan más en nuestras comunidades cuando sean inseguras. No pueden ser casas para ratas ni para comportamiento ilegal. Tenemos que tumbarlas cuando eso pase y asegurarnos que sea un lugar seguro afuera”, dijo Adams. “Así que si ustedes ven infraestructuras abadonadas, participen y llamen al 311 que inmediatamente responderemos, revisaremos, y si es necesario la tumbaremos”.
María Torres-Springer, vicealcaldesa de Desarrollo Económico y Laboral, elogió el plan “Open Restaurants”, pero insistió en que las “pocas manzanas podridas” que no han seguido la ley con el uso de cobertizos exteriores deber retirarse para que la iniciativa permanente sea más eficiente y segura.
“Esta administración está comprometida con una versión permanente de este programa que aborde las preocupaciones de salud y seguridad al tiempo que conserva la creatividad y el carácter que hemos visto con el programa temporal, lo que incluye garantizar que estamos haciendo cumplir adecuadamente las estructuras inseguras y abandonadas”, dijo la funcionaria.
La Ciudad reveló que además de las 25 unidades removidas, hasta el momento se han identificado otros 37 cobertizos infractores flagrantes, que han recibido varias advertencias, al tiempo que se están revisando quejas y datos de otras multas para decidir su futuro.
“Muchas empresas han vuelto a comer antes de la pandemia, mientras que otras están ansiosas por continuar con la experiencia al aire libre y se han alineado con las reglas y regulaciones de la ciudad”, aseguró la concejal por El Bronx Marjorie Velázquez, quien advirtió que el programa de “Restaurantes abiertos” hizo que su condado tuviera nuevas oportunidades, pero se mostró de acuerdo en castigar a los malos actores. “Desafortunadamente, estas estructuras abandonadas y en ruinas contribuyen a los problemas de salud y seguridad pública. Cuando no hay mantenimiento ni responsabilidad por estas estructuras de comedor al aire libre, vemos problemas de saneamiento, alimañas y un aumento de personas sin vivienda que hacen un refugio en estas estructuras. Para que la ciudad prospere y se reconstruya de manera efectiva, debemos trabajar hacia soluciones legales y equitativas para la movilidad económica ascendente”.
Randy Peers, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Brooklyn, manifestó que el programa “Open Restaurants” demostró que las cenas al aire libre son una excelente estrategia de apoyo comercial efectiva, pero se puso en línea con la necesidad de buscar soluciones ante aquellos cubiculos que no ofrecen beneficios a los vecindarios.
“A medida que continuamos avanzando con la recuperación comercial, es esencial que recalibremos nuestras estrategias y nos concentremos en los problemas de calidad de vida. Eliminar los cobertizos de comedor al aire libre abandonados y sin mantenimiento es el enfoque correcto tanto para la comunidad como para las empresas que continúan utilizando el comedor al aire libre de manera responsable y exitosa”, dijo Peers.
Andrew Rigie, director ejecutivo, Alianza de Hospitalidad de la Ciudad de Nueva York, aplaudió el anuncio del Alcalde sobre el derrumbe de cobertizos inutilizados o que violen las normas.
“Es una gran noticia que el alcalde Adams haya anunciado que la ciudad eliminará las estructuras de comedor al aire libre abandonadas que cerraron durante la pandemia y se centrará en revitalizar las que están en ruinas a medida que hacemos la transición del programa de emergencia temporal que salvó innumerables pequeñas empresas y empleos”, dijo el ejecutivo. “Esperamos trabajar con la ciudad para desarrollar un sistema permanente de comedor al aire libre que sea hermoso y sostenible para el futuro”.
El grupo de trabajo creado para revisar y tumbar estructuras que cometan violaciones flagrantes de las pautas del programa Open Restaurants incluirá a personal del Departamento de Transporte, de Sanidad, de Parques y del NYPD.
“Los cobertizos serán inspeccionados tres veces por separado antes de que se tomen medidas. Después de cada una de las dos primeras inspecciones fallidas, el DOT emitirá avisos instruyendo al propietario del restaurante para que corrija los problemas pendientes; después de la tercera visita, el DOT emitirá una carta de terminación y permitirá 48 horas antes de emitir un aviso de remoción. Luego, el DOT retirará la estructura y la almacenará durante 90 días; si el propietario no la reclama en ese período, el DOT se deshará de la estructura”, agregó la Ciudad.
Un trabajador del restaurante de Brooklyn cerca de la Avenida Metropolitan, donde inicialmente el alcalde tenía planeado realizar el anuncio y tumbar una estructura, aseguró que la noche anterior estuvieron trabajando duro para remover la cabina por si mismos y no pasar la “pena” de que tumbaran la contrucción en público.
“No queríamos que nos tumbaran eso delante de todos, pero está bien que quiten los cobertizos que no se están usando”, dijo el peruano.
Mercedes Castillo, vecina de Brooklyn, quien asegura estar encantada con el aumento de opciones de mesas exteriores en su vecindario en Williamsburg, también se mostró del lado del Alcalde con el anuncio de tumbar cabinas y aseguró que es urgente que se cumpla la ley.
“Me gusta comer afuera, pero también es verdad que algunos sitios de estos han dejado esas casitas como espacio para que fumen marihuana y orinen los borrachos y eso daña la calidad de vida de todos: qué bueno que tumben las que no hacen caso “, dijo la colombiana.
Fin de estructuras descuidadas en cifras
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- 25 cubiculos ya fueron tumbados esta semana
- 37 unidades más están siendo revisadas
- 3 veces se inspeccionarán los cobertizos por separado antes de que se tomen medidas
- Tras las dos primeras inspecciones fallidas, el DOT emitirá avisos instruyendo al propietario del restaurante que corrija los problemas pendientes
- En la tercera visita, el DOT emitirá una carta de terminación del cobertizo
- 48 horas antes de emitir un aviso de remoción el lugar podrá quitarlo
- De lo contrario la Ciudad retirará la estructura y la almacenará durante 90 días
- si el propietario no la reclama en ese período, el DOT se deshará de la estructura
El programa “Open Restaurants” en cifras
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- 12,500 restaurantes, bares y cafés tienen mesas al aire libre y en las vías actualmente.
- 1,000 sitios de comida exterior había en NYC antes de la pandemia.
- 5,900 comedores exteriores están en Manhattan.
- 3,000 restaurantes al aire libre están en Brooklyn.
- 2,400 están en Queens.
- 659 estan en El Bronx.
- 187 están en Staten Island que antes de la pandemia tenía 0.
- 100,000 puestos de trabajo se estima se salvaron gracias a los comedores exteriores.
- 2022 termina el programa temporal de emergencia.
- 2023 será el año en que empezará el programa de manera permanente.
- Todos los restaurantes deberán solicitar nuevamente sus licencias.
- 4 meses durará el trámite para adjudicar licencias de comedores en aceras.
- 5 meses durará el trámite para entregar licencias de comedores en las vías.
- $1,050 será el costo de las licencias permanentes.
- $525 será el valor de la renovación