SE INCREMENTA EL TRABAJO INFANTIL
Hay evidencias dolorosas como las que tienen que ver con la visión de niños trabajando en las calles, en las plazas, en los mercados. Algunos son vendedores de frutas o caramelos, otros lustran zapatos y hasta se ofrecen de cargadores. El denominador común son las caritas cargadas de tristeza y muchas veces de desesperación, las ropas deterioradas, los zapatos rotos o en vías de estarlo, así como la sensación de exclusión.
Sabemos que muchos Municipios y Juntas Parroquiales abren espacios de colonias vacacionales en sus territorios, destinados al goce, al disfrute y a la ocupación idónea de los menores de edad, para ofrecerles alternativas positivas en estos períodos en los que se detienen las clases y se espera para iniciar un nuevo ciclo lectivo, pero también se vuelve evidente que muchos niños no están haciendo uso de estas oportunidades porque se ven obligados a ayudar a sus padres en tareas laborables para conseguir un magro sustento.
Según datos de Unicef y de World Vision, el número de niños y adolescentes en las calles se ha incrementado en esta época de vacaciones en la Sierra y en la Amazonía, con los consiguientes riesgos que esto conlleva, siendo tal vez el más evidente, el que muchos de estos niños probablemente no retornarán a clase y se quedarán sin el beneficio de la educación.
Hay otros riesgos implícitos que van aparejados con temas de prostitución, abuso de menores, incursión en el mundo de las drogas y en el microtráfico, desnutrición o alimentación inadecuada, todo derivado de la presencia de niños y adolescentes en las calles y la falta de seguridades que están acosando a nuestra sociedad.
Un país que no cuida de su elemento humano, que deja caer en situaciones límites a grupos importantes y numerosos de su población, es un país que no está cumpliendo con los elementales deberes que tiene una sociedad organizada, además está hipotecando el futuro no solamente de quienes están en situación de calle, sino de la sociedad en su conjunto, dejando en la inviabilidad a todo un conglomerado humano.
En este sentido, queremos llamar la atención de todos los sectores sociales, para aunar esfuerzos e impedir que se siga depauperando y cortando las ilusiones de grupos que tradicionalmente han sido excluidos de los beneficios a los que tenemos derecho todas las personas
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador