Basta de violencia
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
El femicidio cometido en la Escuela de Formación de Oficiales de la Policía por un teniente en contra de su esposa, no solo que produce indignación general y vergüenza institucional sino la exigencia de una actuación implacable de la estructura del Estado para que no haya encubrimiento, obstrucción y negación de justicia ni revictimización. Solo allí, en medio del dolor, se podrá reparar algo, lo que en su momento se debió evitar.
Sin embargo, de allí adelantarse a calificar que es un crimen de Estado es prematuro. Según respetables juristas, el Estado no es el responsable directo de la muerte. Existe responsabilidad en una institución estatal por la acción de un agente público, pero deberá establecerse si hay encubrimiento, negación de justicia y revictimización. El Estado es responsable, a nivel internacional, cuando no haya tomado medidas y por ello debe empeñarse en que se juzgue y condene a sus autores, cómplices y encubridores y se repare a las víctimas
La violencia contra la mujer no puede seguir en medio de la falta de concienciación de un problema serio en la sociedad, que hoy se visibiliza gracias a la presión ciudadana y a los avances logrados. Al Estado le falta aplicar una política de prevención y de acción, con el destino de más recursos para combatir este mal, prevenir la violencia, acceder a una justicia eficaz, fomentar la paz, atender a las víctimas e impulsar una reparación integral a sus familias. También debe aplicarse la Ley Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Si bien se ha avanzado en la aprobación de medidas de protección, el Estado ha fallado en su cumplimiento, que debiera ser riguroso, lo que evidencia casos de femicidios a pesar de haberse dictado esas medidas y por tanto fue alertado el peligro de la violencia e inobservaron sus tareas. El contar con el seguimiento y la actualización de los datos permitirá actuar contra este problema y establecer los procesos necesarios para el desarrollo de una política pública integral.
OPINIÓN
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
Especial para Ecuador News
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