Pescadores ilegales en Ecuador
Capturan sardinas y anchoas por auge de harina de pescado
Los buques pesqueros ilegales en las costas de Ecuador están capturando cada vez más pequeñas especies marinas, con el fin de responder a la creciente demanda mundial de harina de pescado, lo que puede generar grandes trastornos ambientales y económicos, al afectar los niveles más bajos de la cadena alimentaria.
Según la página de información con noticias sobre conservación y ciencias ambientales Mongabay, las autoridades ecuatorianas emitieron al menos 44 alertas de pesca industrial no autorizada en la reserva marina Cantagallo-Machalilla, ubicada en el océano Pacífico frente a la costa de la provincia de Manabí, Ecuador, entre finales de 2020 y principios de 2022.
Al parecer, la mayoría de las embarcaciones involucradas se dedicaban a la captura de peces pequeños como anchoas o sardinas.
Estos peces de tamaño pequeño son molidos para producir harina de pescado, un polvo seco utilizado para nutrir animales y como alimento para peces de cultivo.
El problema no afecta solo a Ecuador. En Perú, donde cada año se pescan millones de toneladas de anchoas, en 2019 se desviaron 150.000 toneladas para producir harina de pescado, según un estudio de la organización no gubernamental Oceana. Al menos 62 instalaciones de procesamiento de pescado participaron en la conversión de los peces capturados ilegalmente en harina de pescado.
Ese mismo año, Estados Unidos importó alrededor de US$2.4 mil millones en productos de peces capturados ilegalmente, según un informe de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos. Dicho informe estima que el 9 por ciento de la harina de pescado en Estados Unidos provenía de la pesca ilegal.
La propagación de la pesca ilegal de especies pequeñas para producir harina de pescado puede traer consecuencias devastadoras para el medio ambiente y las economías locales.
La sobrepesca de peces pequeños como las anchoas y las sardinas tiene un efecto dominó en la cadena alimentaria marina. Los peces más grandes, como las rayas gigantes y otras especies para las que se creó la reserva Cantagallo-Machalilla, dependen de las anchoas y las sardinas para su alimentación. La captura de grandes cantidades de estas especies pequeñas para producir harina de pescado pone en peligro a los mismos animales que la reserva pretende proteger.
La harina de pescado es una de las economías de más rápido crecimiento en Ecuador, y el país ya se encuentra entre los principales productores de dicha harina en el mundo. Los expertos de la industria consideran que la demanda mundial de harina de pescado continuará creciendo en los próximos años, lo que significa que el incentivo para atrapar peces pequeños ilegalmente quizá también aumente.
Las autoridades ecuatorianas han tomado algunas medidas para detener esta práctica.
En 2020, el país ratificó una ley sobre el desarrollo de la acuicultura y la pesca, que
establece que los recursos para el consumo humano no pueden utilizarse para producir harina de pescado.
Pero la aplicación de la ley ha sido laxa. De los 64 procedimientos administrativos que supuestamente se abrieron para investigar las alertas, solo uno ha terminado en una sanción, según cifras del Ministerio de la Producción del Perú citadas por Mongabay. Varios buques que pescan en la reserva Cantagallo-Machalilla han sido acusados de reincidencia, pero no han recibido ningún castigo.
“Hay mucha impunidad”, dijo Cristina Cely, activista ambiental de Ecuador, en comunicación con InSight Crime. “Sabemos que hay frecuentes informes de buques pesqueros en estas áreas, y aun así las autoridades no realizan inspecciones. Esto significa que estas actividades continuarán porque los perpetradores saben que no serán penalizados”.
NOTICIA DE LA SEMANA
Por InSight Crime
Especial para Ecuador News
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