Sitiados por la inseguridad
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
Resulta alarmante y debiera llamar seriamente la atención al país el conocer que la delincuencia ha querido meterse como integrantes de la Policía Nacional, con ocasión del último proceso de selección de nuevos miembros de la institución. Cómo es posible que personas con antecedentes penales quieran convertirse en policías, cuando están llamados a resguardar el orden interno y garantizar la seguridad. Otros, presentan documentos adulterados para intentar ingresar a sus filas.
Felizmente, fueron depuradas las listas tras su verificación, proceso que ha durado hasta seleccionar a 7 650 candidatos idóneos que iniciarán su formación para convertirse en agentes y con ello reforzar el combate a la inseguridad.
El Comercio dio cuenta la semana pasada que nada menos que 15 mil aspirantes a policías tenían antecedentes penales, de un total de 44 mil que se habían presentado, que quisieron entrar al proceso de selección, incluso fueron identificados 25 miembros de bandas delictivas que operan en las cárceles. También se habían presentado personas con sentencias por asesinato, tráfico de drogas, violencia de género y delitos de tránsito. Si bien puede ser un reflejo de la dramática demanda de fuentes de empleo, también evidencia los niveles de personas que tenemos.
Una institución respetable y necesaria para garantizar la seguridad ciudadana, llamada a enfrentar y combatir a la delincuencia, necesita el apoyo del Estado en todos sus procesos, pero también autodepurarse internamente con rigurosidad y replantear la formación de oficiales. Recuperar su imagen venida a menos, más aún en momentos en los que se vive una profunda inseguridad y violencia y obliga a afrontar como una tarea prioritaria, con la colaboración de todos y no solo la acción de los uniformados, que están llamados a controlar el territorio. La situación es compleja y no se arreglará con propuestas demagógicas y populistas o desesperadas como pretender autorizar el porte de armas o recortar los tiempos de preparación de los uniformados.
OPINIÓN
Miguel Rivadeneira Vallejo
Especial para Ecuador News
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