Sí a temas de la consulta
Por Miguel Rivadeneira Vallejo
Más allá de quien proponga la consulta popular, a realizarse junto con las elecciones seccionales de febrero del 23, los ocho temas propuestos son muy importantes para el presente y futuro del país, de manera especial en el combate al crimen organizado, la inseguridad y la violencia; la reforma política, que está prostituida; el futuro de ese desprestigiado Consejo de Participación Ciudadana, la preservación del agua y las compensaciones a la generación de servicios ambientales. Por ello la importancia de los electores de asumir su responsabilidad y votar favorablemente.
Si bien estos cambios propuestos no van a arreglar los problemas más complejos, al menos van en la línea correcta para afrontar con decisión estos males. Solo los defensores de la delincuencia organizada, que hoy aparecen como sus abogados, pueden decir no a la extradición de ecuatorianos que hayan cometido delitos vinculados con el crimen transnacional. Cómo pueden oponerse al fortalecimiento y el logro de una plena autonomía de la Fiscalía General, encargada de dirigir las investigaciones penales.
Solo los que disfrutan de este sistema político corrupto (lo que sucede en esa mediocre Función Legislativa) pueden decir no a la reducción del número de asambleístas y a la depuración de las organizaciones políticas, que hoy ascienden a 272 y que se han tornado en empresas electoreras.
Solo los que buscan tomarse los organismos de control pueden decir no a la eliminación de la facultad de designar las autoridades que tiene ese fracasado y cuestionado CPCCS, que no ha fomentado ni la transparencia ni la participación ciudadana ni la lucha contra la corrupción, que dispone la Constitución.
Solo los que buscan caos y desestabilización pueden oponerse a la incorporación de un subsistema de protección del agua al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Igualmente, a la pregunta que plantea que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades puedan ser beneficiarios de compensaciones por su apoyo a la generación de servicios ambientales.
OPINIÓN
Miguel Rivadeneira Vallejo
Columnista Invitado
Para ver más noticias, descarga la Edición